La Unidad deja huella en Casabianca (Tolima)
Los campesinos víctimas que habitan en tres veredas recibieron material por un valor de 212 millones de pesos para la construcción de una placa huella en concreto.
Para las comunidades campesinas víctimas de la violencia de las veredas La Porfía, El Coral y La Mejora, del municipio de Casabianca, en el norte del Tolima, el sueño de tener una mejor conectividad vía terrestre, empezó a hacerse realidad con la entrega de materiales para la construcción de 950 metros de placa huella en concreto, por parte de la Unidad para las Víctimas.
En el evento al que asistieron líderes de las zona rural, funcionarios de la territorial Central de la Unidad y de la alcaldía municipal, se firmó el acta de entrega de 3.271 bultos de cemento, 270 metros cúbicos de arena, 347 metros cúbicos de gravilla, 68,5 metros cúbicos de piedra media y 950 metros de listones de madera, insumos, que representan una inversión de 212 millones de pesos y que fueron transportados en volquetas hasta el parque principal de la población.
El alcalde William Cardona Orozco, recordó ante los asistentes que este fue un proyecto que se empezó a gestar hace un año y que contó con el apoyo irrestricto del director General de la Unidad para las Víctimas, Ramón Rodríguez. El mandatario destacó que “esta es la manera de contribuir a que haya más desarrollo en el campo” y anunció que con el compromiso de la comunidad y de la alcaldía “antes de finalizar el año estas comunidades tendrán las placa huella, para una mejor vida en sus veredas”.
Estas obras, hacen parte de los procesos que la Unidad adelanta para mejorar las condiciones de habitabilidad e infraestructura social comunitaria de la población víctima y según Daniela Quintero, presidente de la junta de acción comunal de la vereda La Mejora: “Es un sueño hecho realidad, porque gracias a este proyecto vamos a dejar tanto sufrimiento y vamos a poder mejorar la economía y hasta nos dan ganas de comparar carro”.
Casabianca, cuenta en la actualidad con cerca de 6.500 habitantes que, en su mayoría, dependen de la producción agrícola y el ecoturismo; la población sufrió en el año 2006 una cruenta toma guerrillera y por varios años se enfrentó además a la presencia de las autodefensas, que dejaron un registro de 886 víctimas del conflicto.
(Fin/WPG/LMY)