Comenzó travesía para más de 800 indígenas desplazados que retornan a su resguardo en el Alto Andágueda
La Unidad para las Víctimas coordina con entes territoriales el plan para acompañarlos desde Medellín a sus territorios en Chocó, con garantías de voluntariedad, dignidad y seguridad.
Con el retorno que comenzó hacia el resguardo Tahami del Alto Andágueda, Chocó, cerca de 800 indígenas emberá quieren dejar atrás las penurias que sufrieron por años de vivir en Medellín, la mayoría como desplazados del conflicto armado que los expulsó de sus territorios ancestrales.
Volver allá con mejores condiciones de vida es el deseo de Pedro Vitucay, su pareja e hijos, planean emprender un viaje de tres días que comenzó en bus este martes en Medellín hasta la vereda Ágüita en Pueblo Rico, Risaralda, después tomarán otro camino que puede tardar entre 7 y 10 horas con sus enseres a lomo de mula hasta la zona 4, una de las más alejadas del resguardo donde actualmente viven unas 9.000 personas de las y los indígenas Emberá Katío.
Este miércoles las familias recibirán ayuda humanitaria y económica de la Unidad para las Víctimas y la Alcaldía de Medellín. Estas ayudas consisten en alimentos, materiales para acondicionar sus viviendas (madera, tejas), insumos para un proyecto de artesanías, instrumentos musicales y el pago del transporte mular hasta sus zonas muy distantes.
Pedro es uno de los más de 2.000 indígenas desplazados del Alto Andágueda que se han desplazado por la violencia a ciudades como Medellín, Bogotá, Pereira o Cali. Por eso, como uno de los líderes de su comunidad, dice que “dialogamos para que este retorno sea con garantías y derechos como víctimas”.
Él llegó con su familia hace cinco años por el conflicto y amenazas en el territorio. Al igual que el resto de los indígenas desplazados en la “selva de cemento”, sufrieron condiciones de vida precarias como hacinamiento, desempleo, desnutrición y mendicidad. Vitacuy, expresó: “Esta ciudad es difícil para vivir nosotros, hay muchos riesgos y todos es plata para comer, dormir. A veces la mujer salía por ahí mendigando, pero hay días que pasamos aguantando sin comer”.
Para cumplir con las garantías, la Unidad para las Víctimas y la Alcaldía de Medellín han dispuesto un acompañamiento con el apoyo de entidades territoriales y autoridades de Antioquia, Risaralda y Chocó para el traslado de las 215 familias, entre el 23 y el 26 de mayo.
Según la directora territorial en Antioquia de la Unidad para las Víctimas, Claudia Patricia Vallejo, “este es un plan de retorno con enfoque diferencial étnico coordinado con las entidades territoriales y garantizando voluntariedad, dignidad y seguridad”.
La entidad realizará una inversión aproximada de 1.086.000.000 de pesos para este acompañamiento.
Oferta durante y después del retorno
La Unidad para las Víctimas brindará “apoyo económico a cada familia retornada y, posteriormente, otro recurso económico para la sostenibilidad. Además, se deben hacer otras intervenciones para que esta población pueda permanecer en su territorio con dignidad”, indicó la funcionaria.
Martín Tequia, consejero mayor de la Asociación Emberá Katío del Chocó, destacó los 103 compromisos con la entidad enfocados en el mejoramiento de la infraestructura comunitaria, restitución de tierras, mejoramiento de la salud y fortalecimiento a las organizaciones y proyectos productivos.
Tequia expresó “Queremos seguir desarrollando retornos dignos, estamos haciendo la gestión para quienes estén desplazados regresen y como autoridad, espero que ellos vuelvan a donde pertenecen y de donde nunca debieron haber salido”.
Con la pretensión de que el retorno sea sostenible en el tiempo, se planea acercar a estas comunidades la oferta en salud, educación, proyectos productivos y mejoramiento de vías, con las entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, SNARIV.
Desde el año pasado, en articulación con los entes territoriales, la Unidad para las Víctimas apoyó con alimentos y ayuda humanitaria económica a integrantes de la comunidad emberá reconocidos como desplazados para su subsistencia en Medellín.
Como antecedente, la entidad y la Alcaldía de Medellín realizaron, en 2016, el retorno con acompañamiento de 320 indígenas emberá con destino al mismo resguardo del Alto Andágueda.