El objetivo es que los estudiantes menores de edad que sean sobrevivientes del conflicto armado accedan a la oferta institucional para la reparación integral.

La Unidad para las Víctimas socializó los componentes de la Estrategia de Dignidad y Memoria (DIME) con los estudiantes de la institución educativa Manuela Beltrán de San José del Guaviare con el fin de que los menores de edad que sean sobrevivientes del conflicto armado accedan a esta oferta institucional.

La Reparación Integral es un deber del Estado y un derecho de las víctimas afectadas por las infracciones al derecho internacional humanitario y/o las violaciones graves y manifiestas a los derechos humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno, que han sufrido daños severos en sus vidas, su integridad, su patrimonio, sus proyectos de vida personales y familiares.

Néstor Rey, referente psicosocial que realizó la sesión con los estudiantes, indicó que “buscamos que estos jóvenes que presentan algunos reportes de conducta y que han sido identificados como víctimas de diversos hechos violentos, reconozcan su estatus y la garantía de sus derechos, dependiendo del sufrimiento particular, de la visión del entorno y del sentido de justicia que cada uno de ellos pueda tener, pero mejorando su nivel de goce efectivo de derechos”.

El funcionario expresó que en próximos días se dará inicio al proceso a través de ejercicios de dignificación y construcción de memoria histórica por medio de herramientas artísticas y comunicativas que se materializarán en una pieza simbólica que dé cuenta tanto de los hechos victimizantes como de la historia de vida de los participantes, desde una perspectiva de derechos y reconciliación.

Por su parte Carlos Arturo Pardo Alezones, director territorial para Meta y Llanos orientales, destacó que la reparación integral comprende cinco medidas y “cada una de estas medidas es implementada por las entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV). Sin embargo, no todas las víctimas acceden a todas las medidas de reparación, porque el acceso depende del tipo de hecho victimizante, del daño sufrido y de la voluntad de las víctimas para acceder a las mismas”.

Según cifras de la Oficina Asesora de Planeación de la Unidad para las Víctimas, en el Guaviare han sido atendidas 1.358 personas en la línea de recuperación emocional, desde 2012 hasta 2018. Estas acciones se ejecutan con el objetivo de allanar el camino para la paz nacional, construyendo un horizonte más justo para las víctimas que han visto afectados sus derechos.