Sep
07
2018

Verdad y justicia para las víctimas del Palacio de Justicia pide familia al recibir restos de su padre

La Fiscalía y Medicina Legal hicieron entrega formal de los restos del sargento primero, Jaime Benitez Prieto, muerto en los hechos violentos ocurridos los días 6 y 7 de 1985 en el Palacio de Justicia. Los familiares rezaron durante años a otro cadáver que les habían entregado.

Bogotá, D.C.Bogotá, D.C.

“Pedimos justicia y verdad para todas las víctimas del Palacio de Justica”, dijo Sandra Elizabeth Benitez Jaimes, desde el atrio de la iglesia del Centro Religioso de la Policía Nacional, donde se realizaron las honras fúnebres a los restos de su padre, el sargento Jaime Benitez Prieto.

Hace 32 años su padre falleció en los hechos violentos de la toma y retoma del Palacio de Justicia, los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en Bogotá, y desde entonces ella, su mamá y sus tres hermanos habían rezado ante la tumba de otra persona cuyo cadáver les habían entregado poco después como si fueran los de su papá.

En el 2017 las autoridades les pidieron hacerse un examen de ADN y hace pocas semanas les dijeron que esos restos a los que habían acompañado por tantos años no eran lo de su padre, quien era el jefe de escoltas del entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía, también fallecido en esos hechos. No obstante, poco después, la Fiscalía y Medicina Legal les confirmaron que ya habían encontrado los verdaderos restos en una fosa común del Cementerio del Sur, en Bogotá.

“La familia tiene el convencimiento de que científicamente hoy sí están recibiendo los restos de Jaime Benitez”, dijo Jairo Orástegui Caro, fiscal encargado de hacer la entrega formal de los restos, en representación de la Fiscalía Primera delegada ante la Corte Suprema de Justicia, que lleva el caso del Palacio de Justicia.

Hace pocos meses también fueron entregados los restos de quien fuera otro escolta del Reyes Echandía, Libardo Durán, a cuya familia le sucedió lo mismo: les entregaron otro cuerpo después de los hechos y solo este año pudieron recibir los restos verdaderos de su padre.

“Los errores que se cometieron en 1985 son producto de la deficiencia de criminalística en ese entonces. Por eso se entregaron cuerpos que no correspondían. La ciencia no estaba avanzada, no tenía los medios, ni las herramientas, ni la educación”, explica el fiscal Orástegui, quien insiste en que hoy sí es posible encontrar la verdadera identificación de las víctimas del Palacio.

Sandra Elizabeth, Jaime Leonardo y Manuel Fernando, los tres hijos del sargento Benítez, agradecen haber recibido los restos reales de su padre, quien los acompañó pocos años, pero suficientes para dejarles enseñanzas que siguen como un homenaje a él: “siempre me dijo estudie, siempre estudie”, recuerda Sandra quien dice que así lo ha hecho; “hacía colectas para entregar a familias necesitadas y ahora su hija también lo hace”, destacó el sacerdote en la misa.

La tranquilidad, sin embargo, aún no llega a sus corazones por este tema. “Tenemos dudas. ¿Por qué si se había reconocido en el cuarto piso del Palacio de Justicia, ahora apareció en el Cementerio del Sur en una fosa común? pregunta Sandra, quien agrega: “son 32 años que se ha

callado, ocultado, no hay justicia y no hay verdad, seguimos luchando y esperando por el reconocimiento de verdad y justicia”.

Su hermano, Jaime dice con decepción: “es triste que las familias de las víctimas del Palacio tengamos que pasar dos veces por esto, pero más triste es que la justicia esté esperando que los responsables de estos hechos o se mueran o se exilien y no paguen ni un día”.

Manuel, el otro hermano, insiste: “más allá del tema jurídico, lo que buscamos los familiares es verdad”. No están seguros de llevar el caso a la Justicia Especial para la Paz (JEP), pero Manuel dice que si sus “asesores” se lo recomiendan, así lo harán.

En el acto estuvieron presentes el ex director de la Policía Nacional, Luis Ernesto Gilibert Vargas y el actual subdirector de la institución, Mayor General José Ángel Mendoza Guzmán, quien llamó al sargento Benitez “héroe de la patria”, así como lo hicieron también el fiscal y el sacerdote desde el micrófono del atrio.

Una de sus nietas y una bisnieta, dos pequeñas que no sobrepasan los ocho años de edad, interpretaron en violín el Himno de la Alegría en su honor, y al atrio pasaron a hablar otros dos nietos, uno adolescente y otro adulto.

El sargento Benitez recibió hoy todos los honores establecidos en la Fuerza Pública ante la muerte de uno de sus miembros.