Caquetá, sede del encuentro ‘Hilos ancestrales de las mujeres indígenas en la resignificación del territorio’
La Unidad para las Víctimas lideró acercamiento entre mujeres de comunidades indígenas Embera Chami, Nasa, Huitoto y Korebajū en Caquetá, buscando fortalecer los procesos de reparación colectiva étnica que se desarrollan en el territorio.
En Florencia, Caquetá, se cumplió el encuentro ‘Hilos ancestrales de las mujeres indígenas en la resignificación del territorio’, un espacio en el que participaron 18 mujeres étnicas víctimas del conflicto armado interno de los pueblos Embera Chami, Nasa, Huitoto y Korebajū.
Durante la actividad, se compartieron y recopilaron experiencias y necesidades expresadas por mujeres sabedoras, mayoras, gobernadoras y jóvenes delegadas de estas comunidades, con el objetivo de fortalecer el proceso de reparación colectiva por las afectaciones de la violencia que sufrieron en conjunto y que desarrollan con el apoyo de la Unidad para las Víctimas.
Se reconoció la necesidad de generar estos espacios para fortificar la identidad de la mujer desde la autonomía de cada pueblo, revisando el estado actual del rol cultural y ancestral de la mujer indígena, para analizar cómo se transmite la cultura propia hacia las nuevas generaciones.
“Es un espacio desde lo ancestral y tradicional entre las mujeres indígenas que hemos participado. El conflicto armado ha hecho una ruptura desde el origen que se traía desde los territorios y hoy en día también en contexto de ciudad, llegando al tema de la reparación colectiva donde encontramos un fortalecimiento para las mujeres indígenas. Con la Unidad para las Víctimas hemos tenido este apoyo y no debe ser el primero, ya que es una de las necesidades, vencer el miedo a reclamar y hablar dentro de un proceso organizativo”, aseguró la gobernadora del resguardo Monaya Buinaima de la comunidad Huitoto, Luz Meyi Patiño Muñoz.
Para este año, la Unidad para las Víctimas priorizó el avance de procesos de reparación colectiva con 8 comunidades étnicas en Caquetá para contribuir desde componentes políticos, materiales y simbólicos como garantía de sus derechos y para que los hechos de violencia no se repitan.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.