
“Perdonar no es una forma de sanar, es la única”
Fabiola Perdomo Estrada, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en el Valle, participó del IV Foro de Derechos Humanos y Paz organizado por la Universidad Católica y la Arquidiócesis de Cali.


“Para mí, perdonar no es una forma de sanar, es la única”. Esta contundente reflexión es la síntesis de lo que fue la ponencia de Fabiola Perdomo Estrada, directora de la Unidad para las Víctimas en el Valle, en el marco del IV Foro de Derechos Humanos y Paz organizado en Cali por la Universidad Católica y la Arquidiócesis de Cali .
El encuentro tuvo lugar hoy en la Biblioteca Departamental y contó también con charlas de monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali; León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación; y Francisco de Roux, sacerdote jesuita, convocados en torno al tema de “La justicia restaurativa en el marco del posconflicto en Colombia”.
Fabiola Perdomo, quien sufrió el secuestro y asesinato de su esposo por parte de las Farc, planteó la reflexión sobre el debate recurrente de si las Farc deben ir no a la cárcel para pagar por los actos de violencia guerrillera cometidos durante el conflicto armado.
“Puedo confesar que quisiera ver a los miembros de dicha guerrilla pagar ante la justicia penal por los delitos, el dolor y el daño causado. Pero también debo confesar que ese sentimiento lo supera la respuesta negativa a tres preguntas simples: ¿Ese castigo que deseo para la guerrilla curaría mis heridas? ¿Me produce alivio ver a los guerrilleros tras las rejas, callando la verdad y sin asumir responsabilidades? ¿Puede esto ayudar a proscribir la violencia guerrillera en nuestro país?”.
Perdomo añadió que con el tiempo “he aprendido y entendido que la cárcel no siempre rehabilita y mucho menos es una medida suficiente para provocar un sentido de sanación. Por el contrario, en ocasiones se convierte en un referente para alimentar venganzas y odios y solo contribuye a la degradación de la condición humana, que provoca en algunas personas placer con el dolor ajeno y con la tragedia del otro. Por el contrario, la verdad reflejada en acciones, en manifestaciones, en relatos o narrativas y en procesos de reconocimiento, sumada al hecho real de dejar las armas, de no volver a empuñarlas, se convierte en una acción reparadora para la sociedad y sobre todo para las víctimas directas del conflicto armado y es, además, un ejemplo significativo para las generaciones presentes y futuras. Un ejemplo que quizá provoque cambios en la concepción de sociedad que tenemos, en el método de entender, asumir y sobre todo de resolver nuestros conflictos”.
La funcionaria también resaltó la importancia de las medidas y acciones reparadoras para las víctimas (contempladas en la Ley 1448 del 2011) como fundamento para que la sociedad transite en el camino de la reconciliación. E hizo hincapié en que para ello deben converger las acciones del Estado, con el acompañamiento del sector privado y de organizaciones comunitarias.
“Pero eso no es suficiente. De ahí que se hace necesario que dichas medidas contengan unas acciones reparadoras que son responsabilidad de quien causó el daño, del victimario. Estas acciones son, entre otras, el esclarecimiento de la verdad, el arrepentimiento, el reconocimiento de responsabilidad, el cumplimiento de los compromisos adquiridos, el respeto por el dolor de las víctimas y la manifestación genuina del perdón”, finalizó la señora Perdomo.