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Gracias a apoyo psicosocial, víctimas tuvieron un ‘cara a cara’ con ex jefes paramilitares
La Unidad para las Víctimas acompañó este domingo a familiares de asesinados y desaparecidos por paramilitares durante un acto de reconocimiento de responsabilidad y perdón por ex jefes de estos grupos.
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Once familiares de personas asesinadas y desaparecidas por paramilitares del Magdalena Medio se encontraron este domingo ‘cara a cara’ con ex jefes de dichos grupos quienes reconocieron los crímenes y les pidieron perdón. Con un acompañamiento psicosocial, la Unidad para las Víctimas facilitó el encuentro.
En cumplimiento de una sentencia de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, se realizó este domingo en el Palacio de Justicia de Medellín la ceremonia de ofrecimiento de disculpas públicas y reconocimiento de responsabilidad a favor de las víctimas.
Ramon Isaza (otrora alias ‘El Viejo’), fundador histórico de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC); su hijo Oliverio Isaza; John Fredy Gallo, Walter Ochoa Guisao y Luis Eduardo Zuluaga, todos desmovilizados de esa agrupación participaron en el acto.
En medio del emotivo acto solemne de perdón, los ex paramilitares respondieron interrogantes de los parientes de las víctimas de reclutamiento ilegal de menores de edad, homicidios y desaparición forzada.
Isabel Cristina Martínez, familiar de una de las víctimas, destacó el apoyo psicosocial que recibió de la Unidad para las Víctimas previo al encuentro de este domingo. “Me fortaleció para enfrentar el momento difícil de estar frente a frente en una misma sala con los jefes del grupo paramilitar que asesinó a mi padre en Puerto Boyacá, en octubre del año 2000”, dijo.
“Yo quería saber la verdad y tenía muchas preguntas para hacerle a ellos. Gracias al apoyo psicosocial logré preguntarles por qué mataron a mi padre Gustavo de Jesús Martínez. Con todo y mi llanto, fui capaz de hacerlo”, reveló la mujer al final del este acto que le sirvió de desagravio.
También señaló que “aunque con esto ellos no nos reparan; sí siento el alivio de aclarar dudas sobre cómo ocurrieron esos hechos y poderles expresar a la cara todo el daño que me causaron. Ellos dividieron muchos hogares y truncaron los sueños que teníamos como familia al asesinar a un persona muy trabajadora e inocente como fue mi padre”, enfatizó.
Reconocimiento y pedir perdón
Los exjefes de las Autodefensas del Magdalena Medio (procesados por la Ley de Justicia y Paz) reconocieron los crímenes y respondieron las preguntas de las víctimas.
Ramon Isaza, quien fuera el máximo comandante de este grupo paramilitar, admitió frente a ellas que las acciones del grupo paramilitar que lideró “causaron daño. Espero que puedan perdonarme por todo lo que han sufrido”, dijo.
Walter Ochoa, ex comandante del frente que cometió la masacre de los trabajadores de Saferbo, respondió: “No hay justificación y sé que no se puede remediar el dolor por estos hechos que se cometieron. Fue algo que se salió de control porque no se dio la orden de asesinar a esas personas que nada tenían que ver con el conflicto, sino de apoderarse de una mercancía (telas camufladas)”.
Ante el cuestionamiento del familiar de un joven reclutado, Oliverio Isaza reconoció que el grupo fue responsable del delito de reclutamiento ilegal de menores y aseguró: “meter a unos niños en la guerra es un crimen y de corazón les pido perdón”.
Para Jaime Alonso Velásquez, cuyo padre fue uno de los conductores de Saferbo asesinado y aún desaparecido hace 17 años, el acompañamiento psicosocial de la Unidad para las Víctimas “fue bueno tanto que la preparación me sirvió para afrontar este momento de tener al victimario del papá de uno y expresarles cara a cara por todo lo que uno pasó”.
También reconoció que hizo catarsis del sufrimiento cuando “quise darles a entender que con sus acciones y órdenes a este grupo que tenían hicieron tanto daño a muchas familias. Fue durísimo, pero sirvió”.
Al final, la funcionaria de la entidad que lideró la ceremonia, Marta González, destacó la valentía, comportamiento y resiliencia de las víctimas, al tiempo que enfatizó: “perdonar es una decisión personal y este acto de desagravio tiene como fin satisfacer el derecho a la verdad de las víctimas del conflicto como parte de su reparación integral”.