Sep
11
2017

“Es momento de tomarnos de las manos y caminar juntos”: Paola Caicedo

Cerca de 6 mil víctimas del conflicto participaron este viernes en ‘La Oración por la Reconciliación’, que sirvió como implementación de una medida de satisfacción y que contó con la presencia en Villavicencio del Papa Francisco.

MetaVillavicencio

El día amaneció lluvioso. Los sobrevivientes del conflicto armado que viajaron desde todos los rincones del país a la capital del Meta llegaron al parque Las Malocas para ser partícipes de un acto de reconocimiento y dignificación, sin precedentes.

El clima húmedo no fue impedimento para que colombianos, entre indígenas, afros, campesinos de todas las regiones, víctimas del conflicto armado, se encontraran en un acto de reconciliación multitudinario que lideró la Unidad para las Víctimas.

“Esta es la oportunidad para que los colombianos nos reencontremos como sociedad y para que nosotros, las víctimas del conflicto, podamos alcanzar el regalo de Dios, ese regalo de perdonar y reconciliarnos como sociedad”, aseguró Yolanda Pinto de Gaviria, directora de la Unidad para las Víctimas.

Sobre las 10 de la mañana, el sol ya empezaba a asomarse con más brillo a través de la nubosidad del cielo llanero, momento en el que se dio inicio al acto de reconocimiento y dignificación a las víctimas del conflicto.

Mientras tanto, José Erasmo Yate Oyola, médico ancestral del pueblo Pijao con asentamiento en el municipio de Soacha, en el central departamento de Cundinamarca, llamó la atención de propios y extraños con su atuendo tradicional lleno de plumas y collares. “No hay nada más importante para el país, que vivir en armonía entre nosotros y la naturaleza”, repitió sin descanso.

“La reconciliación y la paz son procesos colectivos que se construyen con el aporte de todas y todos. El país está dando pasos importantes para consolidar la construcción de la paz y esta actividad pasará a la historia como uno de esos grandes pasos”, señaló Hada Luz García, asesora de la Dirección de la entidad.

Un proceso de participación colectiva fue lo que se vivió en el escenario principal. Llegó el momento para que cada uno de los asistentes plasmara en cartulina una frase, un dibujo o un símbolo, algo que para cada individuo representara la reconciliación.

Cartulinas con paisajes, corazones, palomas de la paz, manos y otros elementos diseñados fueron expuestas en el escenario principal por decenas de sobrevivientes que explicaban a viva voz lo que sus manos acababan de dibujar.

“En esta cartulina he plasmado el mensaje más importante que ha dado el Papa en su visita a Colombia: y no solo aquí, sino en sus homilías en el Vaticano: la comunidad LGBT exige igualdad, porque ante los ojos de Dios todos somos iguales, nadie puede juzgar a nadie por lo que es”, dijo Paola Caicedo, representante de la comunidad LGBT e integrante de la Mesa de Víctimas de Soacha.

Ni la humedad que hizo estragos hacia las 11 de la mañana ni los rayos de sol que se escapaban por medio de las nubes impidieron que las víctimas participaran de la segunda actividad programada para la implementación de esta medida de satisfacción. 

Miles de hilos morados, rojos y verdes se convirtieron en grandes lazos de reconciliación entre los participantes. Muchos tejieron sus hilos; otros, tejieron grandes redes, pero todos evocaron su pasado, su presente y su futuro.

Fue un espacio en donde se evocó la emocionalidad y la reflexión. Un ejercicio individual pero a la vez colectivo que dejó una enseñanza a los presentes: “la paz es posible si se construye con los otros. Es un acto de dar y recibir”.

“Así es que se consigue la paz, reconciliándonos entre nosotros mismos, si no perdonamos, no podremos alcanzarla”, señaló Nancy Milena Tumiyá, del resguardo de Guambía, de Silvia, Cauca.

Para ella, más que un encuentro fue la oportunidad de contarles a otras personas de diferentes regiones del país, la concepción de la reconciliación y la paz en su territorio.

“Para la comunidad Misak, la lucha siempre ha sido a través del trabajo y el pensamiento, nuestra política natural, el mantener la naturaleza, no es sólo es para nosotros sino para todo el mundo”, concluyó.

Hacia las cuatro de la tarde, el lugar se llenó de una energía sublime. Fue un momento diferente. Más que la presencia del Papa Francisco fue un espacio de y para los sobrevivientes del conflicto, que encontraron en este encuentro con Su Santidad, un instante para reencontrarse con su pasado.

Villavicencio fue epicentro del encuentro de reconciliación en el que el Papa Francisco, cerca de 6.000 sobrevivientes del conflicto armado y dos excombatientes alzaron su voz por la construcción y consolidación de la paz en el país.

Este hecho, sin lugar a dudas, marcará un antes y un después en cada uno de los asistentes a este acto de reconciliación. Millones de colombianos anhelan una paz estable, y este encuentro, que puede ser el principio de un largo camino, ya quedó para la historia, en materia de construcción de paz y reconciliación entre colombianos.