Esta semana se cerraron medidas que le apuestan a la recuperación de la identidad campesina a través de un ejercicio de asociatividad rural y la dotación de la banda marcial de paz de este municipio que avanza en su proceso de reparación colectiva.

La Unidad para las Víctimas realizó la revisión y cierre de cuatro medidas del Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) del municipio de El Dorado (Meta), orientadas a la superación de los hechos de violencia que vivieron comunitariamente en el marco del conflicto armado.

“Hoy les cumplimos a los niños y jóvenes con la entrega de instrumentos musicales que les permitirán formarse como promotores de la cultura y la paz en este territorio, potenciando así una banda marcial municipal”, como estaba estipulado en el Plan, resaltó el director territorial para Meta y Llanos Orientales, Carlos Pardo Alezones.

Javier Hernández, secretario de gobierno de El Dorado, manifestó que es “satisfactorio recibir este apoyo por parte de la Gobernación del Meta y de la Unidad para las Víctimas. Hoy se revisó el cumplimiento de acciones que tienen que ver con infraestructura y espacios de fortalecimiento para la participación y organización de los jóvenes, a quienes consideramos actores fundamentales en el devenir del municipio”.

Las medidas que se cerraron le apostaban a la recuperación de la identidad campesina de niños, niñas, adolescentes y jóvenes a través de la conformación de la asociación de jóvenes rurales del municipio y la dotación de la banda marcial de paz. Próximamente además se hará entrega de instrumentos de llanería.

Este sujeto de reparación colectiva fue incluido en el Registro Único de Víctimas en 2014, y desde entonces se han implementado diversas medidas de restitución y de satisfacción.

Por otra parte, en la jornada se cerró el convenio interadministrativo 1478 de 2016 entre la Unidad y la alcaldía municipal, que mejoró las casetas comunales de San Isidro, el casco urbano y Pueblo Sánchez.

Además, en esta articulación se impartieron capacitaciones en memoria histórica, paz y convivencia cuyo producto fue un libro con la recopilación del proceso, y la dotación de 16 equipos de oficina entregados a las juntas de acción comunal y a la mesa de víctimas.