Jul
27
2018

Más de $10 mil millones invertidos en la reparación colectiva de organizaciones y grupos

Organismos internacionales reconocen los avances y la fortaleza del modelo de reparación colectiva en Colombia.

Uno de los mayores aportes de la Ley 1448 de 2011, o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, es la creación del programa de Reparación Colectiva, mediante el cual se reconocen los daños causados por el conflicto armado en grupos, organizaciones y comunidades, y se contribuye a repararlos de manera integral mediante un proceso de diálogo permanente con los colectivos afectados.

En los siete años del programa, se han reconocido 687 sujetos de reparación colectiva. De estos, 554 están en el proceso de consolidación de su Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC), y 133 ya están en ejecución de ese plan.

En estos 133 colectivos, se han implementado 583 acciones, de las cuales el 67% fueron ejecutadas en el último año. Otras 299 acciones se encuentran en implementación.

Entre los sujetos de reparación colectiva, la Unidad reconoce a comunidades campesinas y/o urbanas, a pueblos y comunidades étnicas, y a organizaciones y grupos.

A la fecha, se han pagado 12 indemnizaciones a comunidades y pueblos étnicos, por un valor que supera los $2.600 millones. En 2018 se entregarán indemnizaciones a otros cuatro sujetos, por un valor aproximado a $1.300 millones.

Por otro lado, la Unidad ha reconocido a 41 organizaciones y grupos, en los cuales se han invertido $11.577 millones. En el último año se expidieron ocho resoluciones que permitieron asignar montos y tiempos específicos de ejecución por más de $2.000 millones a los siguientes sujetos de reparación colectiva: Narrar Para Vivir, ANMUCIC, Organización Femenina Popular (OFP), Redepaz, Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia (ANUC), Confederación Nacional de Asambleas y Diputados de Colombia, Instituto Popular de Capacitación (IPC) y la Federación Nacional de Concejos (Fenacon).

¿Qué incluyen los Planes Integrales de Reparación Colectiva (PIRC)?

Cada plan es concertado en todas sus etapas e incluye medidas para restablecer derechos colectivos, identidad cultural, organización política y social y tradiciones y costumbres. También, actividades y espacios de encuentro comunitario, cultural y deportivo, herramientas para el fortalecimiento de liderazgos, la recuperación de la confianza y la rehabilitación psicosocial, entre otras.

Con la Estrategia Entrelazando, la Unidad se propuso contribuir a la recuperación del tejido social, para lo cual capacita personas a las que llama tejedores y tejedoras, quienes participan de los procesos de recuperación de tradiciones y costumbres perdidas por el miedo o la prohibición.

En materia de rehabilitación psicosocial comunitaria, la Unidad ha liderado 195 acciones en 23 departamentos, cuatro comunidades de Justicia y Paz, 39 sujetos colectivos étnicos y 152 no étnicos, con la participación directa de 2.001 tejedores y tejedoras.

Otros espacios de participación generados en el programa de reparación colectiva son los Comités de Impulso, integrados por miembros de la comunidad que hacen seguimiento a la implementación de su respectivo plan. Existen Comités de Impulso y Grupos de Apoyo en 27 departamentos y 288 sujetos de reparación colectiva, con 5.645 integrantes.

Por otra parte, miembros de comunidades reconocidas como sujetos de reparación colectiva, integran muchas de las 1.057 Mesas de Participación de Víctimas que existen en casi todos los municipios del país, todos los departamentos y una a nivel nacional, en las cuales mantienen injerencia en la ejecución de la política pública para víctimas.

Reconocimiento internacional

Entre el 16 y el 18 de julio pasados, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) organizó en Bogotá el Encuentro Internacional de Experiencias de Reparación Colectiva, en el marco de su proyecto Reparación Colectiva a Víctimas para la Reconstrucción Social, una iniciativa de 4,7 millones de dólares que se puso en funcionamiento desde el año 2015, y que ha beneficiado a 70 sujetos de reparación colectiva.

En el encuentro se escucharon voces de respaldo y reconocimiento de cooperantes internacionales y de las comunidades beneficiadas con este modelo de reparación.

Shari Eppel, directora de medios de derechos humanos de Zimbawe, destacó el proceso de La Secreta, en Ciénaga (Magdalena): “en un sitio apartado donde tuvieron días terribles, destaco la reconstrucción del tejido social y valoro la inspiración de las comunidades”, dijo tras su visita a la vereda que, tras la presión de grupos armados y el desplazamiento forzado, ahora es ejemplo de reunificación y emprendimiento social.

“Estamos contentos con lo que el Estado nos ha dado, y sobre todo, estamos satisfechos de lo que hemos hecho con lo que nos han dado”, indicó Silver Polo, representante de la comunidad en el encuentro.

Los asistentes al encuentro también visitaron experiencias en Cauca, Bolívar y Valle del Cauca. Después de conocerlas, Jan Weetjens, gerente de la práctica de Desarrollo Social de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, destacó que “lo realmente valioso es el poder de la comunidad”.

Para la Unidad para las Víctimas, los procesos de reparación colectiva son una prioridad para el fortalecimiento las comunidades y la construcción de paz en los territorios.