La reparación colectiva recupera tradiciones campesinas en el Nordeste antioqueño
Con convites y acciones de memoria histórica, en el municipio de Remedios continúa la rehabilitación comunitaria con el fortalecimiento de la organización Cahucopana.
La tarea de arreglar y limpiar de maleza y basura los caminos de herradura, la vía que conduce a la zona urbana, la cancha y la zona aledaña a una escuela, volvió a unir a las comunidades de las veredas Camelias y Caño Tigre, como señal de recuperación del tejido social dañado por el conflicto armado en el pasado.
Los convites convocaron a niños, jóvenes, adultos y personas mayores durante dos días en estas zonas rurales del municipio de Remedios (Antioquia) para alegría de sus habitantes, quienes volvieron a disfrutar de una práctica tradicional de la población campesina, pero esta vez cumpliendo con las medidas de bioseguridad por la pandemia actual.
Estas acciones autónomas, que continúan este mes, hacen parte de las medidas de rehabilitación comunitaria Entrelazando del plan integral de reparación colectiva, que implementa la Unidad para las Víctimas con la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (Cahucopana).
Además de las jornadas de limpieza y mantenimiento en las veredas, esta organización campesina realizó un conversatorio como fortalecimiento organizativo, que incluyó ejercicios de memoria histórica sobre su rol en los 10 municipios de la subregión donde trabaja a favor de las comunidades.
Las jornadas fueron lideradas por las Juntas de Acción Comunal e integrante de la organización formados como tejedores, como se conoce a habitantes empoderados con la estrategia Entrelazando para reconstruir las relaciones sociales.
Para Carlos Morales, representante de Cahucopana, estas acciones “nos permiten recuperar nuestra practica colectiva, afianzarnos como organización defensora de los derechos humanos de las comunidades campesinas, pero también recuperar la confianza con esta comunidad y seguir con nuestra apuesta a las formas de organización humanitaria y pacifista y siempre comprometidos con la defensa del territorio libre y soberano”.
Recuperación física y social
Los habitantes de estas zonas recordaron con nostalgia que los convites fueron importantes para el desarrollo de obras en sus veredas con el trabajo mancomunado y aportes de todos, pero que esta práctica social había desaparecido por los enfrentamientos entre grupos armados y hechos victimizantes como asesinatos de pobladores y desplazamientos forzados.
Según Wilson Córdoba Mena, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, “estas prácticas comunitarias facilitan el intercambio de saberes y experiencias de una generación de adultos a los jóvenes y retomar los proyectos colectivos de los campesinos para impulsar el progreso y la productividad del campo”.
También resaltó que el plan de reparación colectiva con Cahucopana tiene 14 medidas, que van desde la escuela de formación con enfoque de género, la transferencia generacional de conocimientos, proyectos productivos como una granja comunitaria y la recuperación de tradiciones.
Esta organización campesina fue creada en el año 2004 para proteger los derechos humanos, ambientales de las comunidades campesinas y mineras de las zonas rurales del Nordeste antioqueño y fue reconocida por la Unidad para las Víctimas como sujeto de reparación colectiva en el 2017.
En Antioquia, la Unidad para las Víctimas cuenta con 65 sujetos de reparación colectiva reconocidos (más de 600 en Colombia), 22 de estos con planes en implementación con medidas como rehabilitación o construcción de infraestructura comunitaria (casetas comunales, parques, puentes, vías, canchas), dotaciones a centros médicos, instituciones educativas, puestos de salud, casas de la cultura, proyectos productivos y recuperación de tradiciones.
(Fin/JCM/CMC/LMY)