Desde 2013 la vereda La Rejoya de Popayán, ha venido reconstruyéndose en un proceso de reparación colectiva que en compañía de la Unidad para las Víctimas y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), le ha permitido a la comunidad recuperar su identidad y destacar su gastronomía.

Con el proyecto “Agregación de Valor a la Cadena del Café”, la comunidad que había quedado afectada tras la masacre de 2001, hoy ha recuperado las prácticas agrícolas para generar ingresos que les permite ser productivos, gracias a diseños e implementación de estrategias para el posicionamiento del producto y así llevarlo al fortalecimiento como pequeños productores.

Para Blanca Flor Dorado Tobar, beneficiaria del plan de reparación colectiva, “este proyecto que favorece a tantas familias de la comunidad, nos permite fortalecernos y creer que podemos aportar en el desarrollo económico del país. El apoyo de la Unidad para las Víctimas ha sido fundamental porque nos ha permitido avanzar”.

Los comités de seguimientos en el que se trabaja de la mano con la Junta de Acción Comunal, representantes de los agricultores y miembros de la mesa municipal de víctimas permite, además, generar estrategias entrelazadas que apuntan a mejorar la competitividad proyectándolos a los mercados, a través de una mayor integración de los productores, vendedores y consumidores en la cadena de valores.

Desde el punto de vista de la mesa de víctimas municipal, Alberto Gutiérrez, manifestó que “se  han identificado grandes progresos dentro del proceso de reparación, ya que aparte del acompañamiento a estos proyectos, la Unidad para las Víctimas  ha fortalecido a la comunidad evitando la no repetición de hechos victimizantes”.

Para Dan Harry Sánchez Cobo, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Cauca, “este proceso de reparación colectiva no solo los fortalece como comunidad, también los prepara para que tengan ideas productivas que les permitirá ser competitivos en el mercado y avanzar en la construcción de un futuro para todos”.