En Recetor y Chámeza, se dio cierre exitoso a la estrategia psicosocial “Entrelazando”
Gracias a esta estrategia, los habitantes de estos dos municipios de Casanare cuentan con un referente en la recuperación de los lazos de confianza y la reparación integral.
Chámeza, (Casanare)
Entre el viernes y sábado, la Unidad para las Víctimas llevó a cabo los actos simbólicos y litúrgicos de finalización al acompañamiento psicosocial que se hizo durante 4 años, a los sujetos de reparación colectiva de Chámeza y Recetor en el departamento de Casanare.
Tanto en Chámeza, como en Recetor, en total se dio cumplimiento a 6 medidas de reparación (4 en Chámeza y 2 en Recetor) las cuáles se habían concertado desde el año 2018. Es así, como este proceso se convierte en un referente en la dignificación y el valor de la recuperación para las víctimas del conflicto, que vivieron momentos de desespero y dolor a causa del conflicto.
Los 26 integrantes (15 en Chámeza y 11 en Recetor) del grupo de tejedores de esta estrategia, cerraron este proceso a través de un acto litúrgico que les permitió tener un encuentro espiritual y de reconciliación. También, recibieron un reconocimiento especial por su compromiso y resiliencia para afrontar y manejar su duelo.
Según el director territorial en Meta y Llanos, Carlos Arturo Pardo Alezones, en estos dos municipios, el proceso fue exitoso porque en la implementación de la medida de rehabilitación comunitaria que venía ejecutándose desde 2018 hasta la fecha, se realizaron actividades de formación con los tejedores y tejedoras en el sentido de los componentes de la estrategia “Entrelazando”, que implica prácticas sociales, duelos colectivos, transformación de escenarios sociales e imaginarios colectivos.
En Chámeza por ejemplo, este año se efectuó una medida de significación con la creación del “mural de la reconciliación”, el cual se encuentra ubicado frente al parque central del municipio y representa la resignificación de este lugar, que antes fue foco del conflicto armado interno y ahora podrá ser visto como territorio de paz y reconciliación.
Es de esta manera que se fortalecen las capacidades técnicas, éticas y metodológicas de estos cuidadores comunitarios, que son ahora, multiplicadores de los conocimientos adquiridos.
Su liderazgo, facilitó la implementación de 10 acciones en cada sujeto, donde también se vinculó la comunidad en general, dando paso a la reconstrucción del tejido social, organizativo y al restablecimiento de los vínculos de confianza en los SRC.
Los tejedores y tejedoras además de convertirse en cuidadores de su comunidad cuentan con las habilidades, aptitudes y voluntad necesarias para continuar la labor de aportar en la reconstrucción del tejido social y en la construcción de paz y reconciliación.
(Fin/DMT/LDP)