Durante esta primera intervención la comunidad propuso acciones para garantizar los derechos específicos que le han sido vulnerados y para reparar otros daños causados por el conflicto.

Con la lectura de resolución de inclusión al Registro Único de Víctimas, la comunidad del corregimiento de San Rafael, en el municipio de Ovejas, inició su ruta hacia la reparación colectiva por los daños que sufrieron durante el conflicto armado.

En este primer acto, la Unidad para las Víctimas y la comunidad establecieron la hoja de ruta que continuará con reuniones de concertación, diagnóstico del daño y establecimiento de las medidas de reparación colectiva que la comunidad requiere para compensar el daño recibido por efecto de la guerra.

La directora territorial de la Unidad para las Víctimas, Carem González Caballero, enfatizó en los objetivos que tiene la Ley 1448, o Ley de Víctimas, para garantizar las medidas de reparación a las que tienen derecho las comunidades en zonas donde el conflicto ha deteriorado su tejido social.

“San Rafael y su gente son demostración de todo el sufrimiento que cae sobre las comunidades cuando existe un conflicto armado, por eso desde la Unidad queremos hacer todo lo posible por su reconstrucción social y emocional. Invito a todas las entidades para que en conjunto asumamos las tareas de nuestra competencia en favor de ese gran reto”, dijo.

Durante años, la población de este corregimiento fue víctima de hechos que terminaron rompiendo el tejido social y por eso la Unidad para las Víctimas, en conjunto con las entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV), se unen para lograr la reconstrucción de ese tejido, así como el fortalecimiento y la recuperación emocional, entre otras actividades que harán parte del plan de reparación colectiva.

La ley de víctimas establece cinco medidas de reparación integral: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.