Música y teatro se unieron en esta experiencia para dignificar la memoria de más de 45.000 desaparecidos en Colombia y acompañar a los familiares en su dolor.

Decenas de familias paseaban como un domingo cualquiera por el centro comercial Calima de Bogotá cuando empezaron a escuchar el himno de Colombia. Se arremolinaron en los diferentes pisos y observaron la interpretación de la Orquesta Sinfónica de Bogotá en la plaza principal. Poco a poco, comenzaron a faltar trompetas, notas, melodías… músicos que eran sacados del espacio por personas vestidas completamente de blanco o negro, ante la sorpresa del público.

Cada instrumento que se perdía suponía una anomalía en el himno, una deformación de toda la partitura tal como la conocemos. Era 30 de agosto, día internacional de las víctimas de desaparición forzada y la experiencia quedó grabada en el corto ‘Vivificar’, que ayer se presentó en una sede de la Alianza Francesa en la capital colombiana.

La Unidad para las Víctimas, la asociación Otras Voces, la Fundación FOSBO para las Artes Sinfónicas, la Alianza Francesa de Bogotá, y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) se aliaron para llevar a cabo esta performance, que reunió a músicos, actores y víctimas del conflicto armado interno, con el objetivo de recordar a las personas desaparecidas junto a sus familias y sensibilizar a la sociedad en su conjunto.

“Esta iniciativa ha mostrado ser especialmente innovadora y nos ha permitido llegar a un público que no conocía la problemática de la desaparición forzada en Colombia. Hasta la fecha, hemos registrado más de 45.000 desaparecidos en el marco del conflicto y hemos reconocido como víctimas indirectas a 112.000 familiares”, explicó Iris Marín Ortiz, directora (e) de la Unidad para las Víctimas.   

“Lo importante de la obra es el compromiso con los familiares de los desaparecidos y que de esto se siga hablando, para que la gente, después de que acaba la obra, siga preguntando qué es la desaparición forzada, por qué se los llevan, cuántos años tenían”, aseguró Constanza Ramírez, de Otras Voces. “Nada justifica una sola desaparición forzada”, recalcó Ramírez. “Son niños, son viejitos, son estudiantes. Se parecen a nosotros y tenemos que oponernos a que estas cuestiones sigan pasando”.

Para acercarse a la ciudadanía, se utilizó el recurso de la música, un vehículo privilegiado para “tocar las fibras sensibles de la sociedad”. A menudo, los ciudadanos que “nada deben, nada temen” llegan a justificar la desaparición con expresiones como “algo habrá hecho”. Con ‘Vivificar’, se busca desmontar esas creencias y destacar que, cuando una persona es desaparecida forzadamente, es sustraída del conjunto social al que pertenece, éste se descompleta y deja un vacío que necesariamente afecta a toda la sociedad, incluso a la indiferente.

Para Marcela Granados, con siete desaparecidos en su familia y participante en la performance, este corto es “una demostración para aquellas personas que no quieren saber que la desaparición existe. Yo busco a mi papá a diario y quiero tenerlo en mi memoria”. “Me siento súper orgullosa de poder hacer esto y creo que mis familiares que no están conmigo, en algún lugar, se sienten orgullosos de todos nosotros y del trabajo que hacemos”.

Ahora, el objetivo es llegar a más personas. “Nos gustaría mucho desde la Unidad para las Víctimas poder seguir sumando esfuerzos para que el próximo año podamos hacer la presentación de esta performance en otros lugares de Bogotá y del país”, concluyó Iris Marín.