Ago
26
2015

Mujeres que no callan y marchan por la vida

Mujeres víctimas de la región de Montes de María retornaron de manera simbólica, junto con activistas y funcionarios, desde el Carmen de Bolívar hasta El Salado. Una caminata llena de significados y con una fuerte proclama: `No es hora de callar´.

El sitio de encuentro fue el estadio de El Carmen de Bolívar. Allí, poco a poco fueron llegando mujeres provenientes de todos los rincones de los Montes de María, funcionarios de entidades locales, regionales y nacionales, así como artistas y activistas de derechos humanos y que trabajan por los derechos de las mujeres víctimas de violencia sexual como Alejandra Borrero, Diana Ángel y César López.

Antes de arrancar a caminar, unas fotos, unas selfies para el recuerdo, y las últimas instrucciones por parte de Jineth Bedoya, organizadora del evento y quien lidera la campaña `No es hora de callar´.

A las 7:15 a.m. comenzó la marcha. Entre los asistentes se encontraba Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer. “Acá estamos para acompañar a las mujeres víctimas de esta bella región de Colombia, para respaldarlas y para que lo que ellas vivieron no se vuelva a repetir”, señala. María Eugenia Morales, directora de Reparación de la Unidad para las Víctimas, asegura que la entidad que representa viene acompañando, asesorando y reparando a las víctimas del conflicto armado no solo en los Montes de María, sino en todo el territorio nacional.

La carretera, recién pavimentada, es un cúmulo de subidas y bajadas. Alrededor de 400 caminantes se comienzan a disgregar en la medida en que se pone más fuerte el sol y avanza la marcha.

Allí estaba Cecilia*, una carmera de 34 años y madre de dos niños. Cuenta que es víctima del conflicto armado y que por esa razón participa en la caminata. “Yo vivía en Coloncito, una vereda, y en 2001 la guerrilla me sacó de allí. Antes, en 1998, los paramilitares mataron a un tío en la puerta de su casa en El Carmen de Bolívar y a otro tío lo desaparecieron también los paramilitares en 1999 igual que el otro en el casco urbano”.

Estudiante de último año de psicología, Cecilia recuerda la muerte de su tío Eduardo* en 1998. “Él estaba en la puerta de la casa en compañía de su esposa y hasta allí llegaron los paramilitares para matarlo, porque él trabajaba llevando mercancía a varias veredas y entonces los paramilitares lo acusaron de auxiliador de la guerrilla”.

A Mario*, el otro tío de Cecilia, se lo llevaron en una camioneta y nunca volvió a aparecer. “Él tenía un puesto de venta de comidas rápidas ahí en el parque y una noche, luego de terminar de trabajar, iba a acompañar hasta su casa a la chica que le colaboraba en las ventas. De repente, apareció una camioneta que ya todo el pueblo sabía que al que subían allí o aparecía muerto o lo desaparecían. Él se negaba a subirse allí y finalmente fue obligado. Hoy, 16 años después, no sabemos nada de él. Lo único fue que un paramilitar en una audiencia dijo que a mi tío lo habían matado, pero que la orden la había dado otro paramilitar y que tampoco sabía dónde estaba su cuerpo”, cuenta.

Son cerca de las 10:30 am y los caminantes se acercan al kilómetro 12 del recorrido, el sol y el cansancio hacen que varios marchantes se suban a los vehículos acompañantes. En uno de ellos estaba Ligia*, una mujer víctima de desplazamiento que decidió participar en la caminata porque “no es hora de callar”. “Lo mínimo que debemos hacer nosotras las víctimas es solidarizarnos y participar en esta caminata por la dignidad de las mujeres que fueron abusadas sexualmente no solo en los hechos de El Salado, sino en las demás masacres que se presentaron en los Montes de María”, agrega.

Cuando el reloj marca las 12 del mediodía comienzan los primeros caminantes a ingresar a El Salado. Atrás quedaron los 18 kilómetros de una vía serpenteante y un hermoso paisaje. Paradójicamente, y luego de un sol abrasador, se suelta un fuerte aguacero en este centro poblado montemariano. “Hubo tanta emoción por haber llegado a El Salado, por haber cumplido la meta de acompañar este retorno simbólico, que hasta llovió una vez arribamos acá”, sentenció la actriz y cantante Diana Ángel.

*Nombres cambiados