La Honda renace tras 16 años de abandono
Quince familias víctimas del conflicto armado han retornado a esta vereda de El Carmen de Viboral, con apoyo de la Unidad para las Víctimas. De ellas, 37 personas también participaron en la estrategia de recuperación emocional grupal.
La Honda, una de las 53 veredas que tiene El Carmen de Viboral (Antioquia), es tan lejana de la zona urbana que es más fácil el acceso por la vía de La Unión y luego hacia adentro cuatro kilómetros, en motos o caminando. “Nos tocó abrir camino con machetes y azadones, y adivinar por dónde estaba la carretera”, cuenta Eli Botero, campesino que regresó hace poco más de un año.
Por esta vía de piedra donde apenas las mulas entran, pisando con sus botas de caucho, don Eli recuerda que los guerrilleros lo tildaron de colaborador con los paramilitares: “En ese árbol bajando de esa montaña, ahí me amarraron durante varios días, creí que me iba a morir… Yo sólo pensaba en mi esposa y mis dos hijos y en que no los volvería a ver”, relata con lágrimas en los ojos.
Hoy este campesino dice sentirse contento de regresar después de 16 años “a mi tierra, la que yo creía que no iba a poder recuperar, es como volver a nacer”. Como él, son 15 familias que retornaron para recuperar su comunidad, gracias al proceso psicosocial y de retorno acompañado por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. En la estrategia de recuperación emocional participaron 37 personas de la vereda (20 hombres y 17 mujeres) sobrevivientes de desplazamiento forzado y otros hechos victimizantes.
Luego de su retorno, decidieron organizarse en una organización popular de vivienda a la que denominan Honda Renace, logrando que la administración municipal los apoye en el regreso bajo condiciones óptimas nuevamente a sus parcelas. Esta vereda fue objeto del desminado humanitario realizado por la organización internacional Halo Trust, una de las primeras acciones gestionadas por el municipio para facilitar el acceso y la seguridad de los habitantes de la zona. De igual manera, la alcaldía realizó una inversión con la construcción de viviendas, beneficiando a 15 familias de la zona y la consecución de iniciativas productivas.
Gracias al apoyo de la dirección territorial de la Unidad para las Victimas en Antioquia, se realizó la estrategia de recuperación emocional a nivel grupal, permitiendo el reconocimiento de cada vecino/a como un eslabón importante en la realización de los proyectos sociales. El ejercicio reflejó que es a partir de la organización y coordinación comunitaria que pueden avanzar en la recuperación de su territorio, generando confianza institucional, reconstruyendo los sueños y las esperanzas que en algún momento se habían perdido entre las montañas de un inmenso cañón entre el Alto de Gorgojo y La Chusmalina, en el Oriente de Antioquia.