Jornada de perdón público en Trujillo (Valle del Cauca)
El acto simbólico tuvo lugar como una medida de reparación, para reconocer el buen nombre de los habitantes de ese municipio, quienes por años sufrieron la violencia del conflicto armado y la estigmatización.
La zona rural del municipio de Trujillo (Valle del Cauca) fue testigo entre 1988 y 1994 de masacres, torturas, desapariciones y desplazamientos forzados. El sacerdote del lugar y varios campesinos fueron acusados sin motivo de apoyar a la guerrilla en el corregimiento de La Sonora, en uno de los episodios que se conocen como “la Masacre de Trujillo”. Tal fue el impacto de la violencia en esta zona, que el primer informe del Grupo de Memoria Histórica abordó este caso, en 2008.
Durante años, la comunidad buscó obtener su reparación. Así, el pasado domingo, en la caseta comunitaria del corregimiento de La Sonora, tuvo lugar un acto simbólico de solicitud de perdón. La directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Valle del Cauca, Paula Gómez; el alcalde de Trujillo, José Luis Duque Castaño; junto a representantes del Ejército, la Gobernación del Valle y la Defensoría del Pueblo, participaron a nombre de quienes en su momento no garantizaron los derechos a la población civil, aun teniendo el deber de hacerlo.
La medida de reparación ‘Memoria y dignificación de las víctimas’, formulada por la comunidad, se realizó con el fin de dignificar el buen nombre de tantos hombres y mujeres que durante los peores momentos de violencia sufrieron además señalamientos y estigmatización, para que la sociedad sepa de la honorabilidad de quienes habitan esas tierras.
La Unidad para las Víctimas acompañó este acto simbólico de perdón como parte del proceso de reparación solicitado por la comunidad.