Grados póstumos para ocho estudiantes de UniAtlántico víctimas mortales del conflicto armado interno
La Unidad para las Víctimas acompañó a la Universidad del Atlántico en la ceremonia de grados póstumos realizada en memoria de ocho estudiantes víctimas del conflicto armado interno, que entre los años 2000 y 2006 afectó a la institución.
En un sentido discurso, Rafaela Vos Obeso, rectora encargada de la Universidad del Atlántico, dio inicio a la ceremonia de grados póstumos realizada este 18 de mayo en memoria de ocho jóvenes víctimas de los actos violentos perpetuados por el conflicto armado interno en el país.
“Hoy nos hemos reunido, con esa mezcla de sentimientos que produce recordar la memoria de seres humanos valiosos y talentosos, como son recordados Alexander Antonio Acuña Rodríguez, Adolfo Altamar Lara, José Luis Martínez Castro, Jairo Del Carmen Puello Polo, José Saballet, Humberto Contreras Sereno, Paola Melo Mejía y Edgardo De Jesús González Narváez, que por circunstancias ajenas a nuestra voluntad no se encuentran con nosotros. Pero esto nos lleva a reflexionar y valorar que estos estudiantes nunca se van del todo, porque queda su esencia en quienes convivieron y aprendieron de ellos”, expresó la rectora desde el Salón Julio Enrique Blanco de la institución, en donde se llevó a cabo la ceremonia.
El acto solemne contó con la presencia de familiares de las víctimas, directivas académicas; Alfredo Palencia, director de la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas en el Atlántico; representantes de la Defensoría del Pueblo, la Gobernación del Atlántico, docentes, administrativos y líderes estudiantiles de la Universidad.
“Esta medida de satisfacción no es otra cosa que el reconocimiento y la dignificación para con las víctimas y sus familias que han sufrido y sufrieron. Asimismo, de alguna manera fueron estigmatizados en un momento dado y hoy el Estado reconoce que fueron víctimas de un conflicto. Para ellas hay que hacerles todo el reconocimiento”, expresó Alfredo Palencia, director territorial de la Unidad para las Víctimas en el Atlántico.
Carmen Sereno Ballestero, madre de Humberto Contreras Sereno, estudiante que recibió su grado póstumo, expresó sus anhelos en nombre de las familias presentes:
“Aunarnos al proceso de paz, buscar el bienestar de esta Universidad, que nunca más vuelva a haber derramamiento de sangre en ninguna universidad de Colombia y en especial en el Atlántico. Que haya paz y justicia social, que los estudiantes tengan una apropiación académica, una vida diferente a la vida que pasé y a la que estoy viviendo por la pérdida de mi hijo. Que no vuelva a haber una madre como yo con pérdida de un hijo estudiante. Que no caiga más un estudiante por luchar por sus ideales, que haya una verdadera educación para el pueblo colombiano. Un pueblo educado es un pueblo que progresa”, aseguró la mujer.
La Universidad del Atlántico fue reconocida el pasado 31 de marzo como sujeto de reparación colectiva en el Registro Único de Víctimas. La Unidad para las Víctimas resaltó entonces la importancia de que la Universidad sea espacio de reconciliación y no repetición de hechos violentos que atenten contra la dignidad humana de la comunidad universitaria.
Estos grados póstumos responden a la sentencia de Justicia y Paz proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, que exhorta para que las instituciones universitarias en las que cursaron estudios las víctimas que fueron asesinadas desde los años 2000 al 2006 por el accionar paramilitar celebren ceremonia de graduación universitaria póstuma.