En recuerdo de 5313 desaparecidos forzadamente en el Magdalena
Los familiares de víctimas de desaparición forzada realizaron una exposición fotográfica, como un llamado a la sociedad a no olvidar. La jornada culminó con una vigilia, donde cada una de las víctimas encendió un farol como símbolo de la Luz que necesitamos para alcanzar la paz.
La Catedral Basílica de Santa Marta fue el escenario elegido por las víctimas de desaparición forzada para recordar a sus familiares víctimas de grupos al margen de la Ley.
“Mi esposo fue desaparecido hace 28 años en Tenerife, Magdalena, el día de hoy es una fecha inolvidable y no quisiéramos que se repitiera en Colombia y en ningún otro país del mundo, ya que con la desaparición forzada se descontrola el seno familiar, se violan los derechos humanos y se nos desaparece hasta la identidad, por eso confiamos que ese proceso de Paz que se está llevando a cabo en La Habana, Cuba, de verdad le ponga fin al conflicto armado” expresó Temilda Vanegas.
Paraconmemorar este día,las víctimas realizaron una exposición fotográfica, como un llamado a la sociedad a no olvidar a los desaparecidos forzados, y una forma de contrarrestar la acción de los actores del crimen cuyo fin principal era callar y generar terror en la población. La medida de satisfacción, que fue liderada por la Unidad para las Víctimas y que tuvo el acompañamiento de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Forzados, Familiares Colombia y la Policía Nacional, contribuye al reconocimiento de estas víctimas, su dignificación, desestigmatización y recuperación del buen nombre.
Por su parte, la Directora de la Unidad para las Víctimas, Sheila Sanín Pombo indicó: “Teniendo en cuenta que en Colombia han desaparecido forzosamente 45.630 personas, entre ellas 5.313 en el Magdalena, el reconocimiento de la tragedia humana que sufren los familiares de estas personas por tiempo prolongado, nos genera la responsabilidad social e institucional de reconocer que es de vital importancia no solo la búsqueda de los restos, sino reconstruir y difundir la memoria de sus seres queridos, trascendiendo en la búsqueda de la verdad y la lucha contra la impunidad”.
La jornada culminó con una vigilia, donde cada una de las víctimas encendió un farol como símbolo de la Luz que necesitamos los colombianos para iluminar los corazones de los violentos en busca de la reconciliación y la paz duradera.