Comenzaron el camino
Dos reinsertados y una víctima viajaron a Europa a recorrer el mítico Camino de Santiago. Es una experiencia que trata de recrear, de forma simbólica, la ruta que tiene que seguir el país para alcanzar la reconciliación.
José Sofonías Agredo es una de las siete millones de víctimas que ha dejado el conflicto en Colombia; Pablo Enrique Ramos Moya perteneció a las Autodefensas Unidas de Colombia y Jenny Paola Vargas fue reclutada por la guerrilla cuando era una niña. Los tres se reunieron el pasado lunes 7 de septiembre, en el aeropuerto Eldorado, para comenzar un largo camino de la reconciliación que los llevará a Europa y, por qué no, hasta el fondo de su ser.
Los tres tomaron un vuelo hacia Madrid con el propósito de hacer el famoso Camino de Santiago que, según cuenta la tradición cristiana, siguen miles de peregrinos todos los años para visitar los restos del apóstol Santiago. Esta tradición, que comenzó en la Edad Media, se ha convertido en una experiencia de gran contenido místico.
A lo largo de 850 kilómetros, comenzando en la localidad francesa de San Jean de Pied de Port y culminando en la población de Santiago de Compostela, en España, los peregrinos experimentan tres momentos: dolor, reflexión y gozo. Dolor porque las primeras etapas tienen fuertes ascensos y pasos por la nieve; reflexión, durante el arribo a los campos de León, donde el paisaje invita a la meditación y gozo, en el tramo final, por la alegría que da el objetivo cumplido.
El trío aspira a convertirse en un ejemplo de reconciliación en tanto víctimas, victimarios y adversarios serán capaces de convivir durante 34 días como compañeros de un viaje que seguramente transformará sus vidas.
Sofonías, el mayor de los tres, es el que más sabe de lo que le espera en esta travesía: "Fue bonito saber que podía venir. Sentí una gran paz y tranquilidad porque es allí donde están los restos del apóstol Santiago. Es un sitio de reflexión y de encuentro, un camino donde la vida nos va a mostrar cómo reconocernos a nosotros mismos y a los demás.
Pablo Enrique Ramos dice ser agnóstico, pero sabe que la falta de fe no es inconveniente para hacer este camino. "No sabía nada, no tenía información de lo que pasa allí. Sé que es una experiencia muy bonita que le cambia la vida a todo el mundo y la vamos a realizar para que el país tenga conciencia de que el diálogo sí se puede".
Jenny Paola Borda cree en Dios, pero no se considera de ninguna religión. "Yo tenía alguna idea y me habían comentado de qué se trataba. Este proceso es una responsabilidad grande porque se trata de comenzar algo para conseguir un propósito mayor".
El recorrido del Camino de Santiago será documentado paso a paso por un equipo multimedia de la Casa Editorial EL TIEMPO, quienes estarán con los tres a lo largo de todo el recorrido. Esta iniciativa contó con el apoyo de la Agencia Colombiana para la Reintegración y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y las embajadas de Suecia y España, quienes se encargaron de seleccionar a estos tres caminantes.