Los habitantes de este corregimiento expusieron sus inquietudes ante entidades de orden nacional, departamental y municipal. Son 35 las medidas incluidas en el plan integral de reparación colectiva de La Rejoya.

Alrededor de 100 víctimas del conflicto armado del corregimiento de La Rejoya, en el municipio de Popayán (Cauca), participaron de la feria de servicios organizada en el marco del plan integral de reparación colectiva de esta comunidad.  

“Para nosotros es fundamental que las instituciones vengan a La Rejoya y escuchen a la comunidad. Dentro del plan de reparación colectiva no sólo la Unidad es responsable de la implementación de estas medidas, sino que todo el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas debe recopilar estas inquietudes y hacer parte del mismo”, expresó Jorge Vásquez, director territorial de la Unidad para las Víctimas en el Cauca, entidad que organizó la feria. 

La actividad contó con la presencia de la Defensoría del Pueblo, Bienestar Familiar, la Policía Nacional, la Personería Municipal, el Centro de Empleo y Emprendimiento, representantes de la Casa de Justicia, la  Escuela Superior de Administración Pública, Indeportes Cauca, la Oficina de Turismo Municipal, la Secretaría de Gobierno del Cauca y las Secretarías de Gobierno y de Educación de Popayán.  

Para la comunidad, esta jornada representa el compromiso de las tres instancias de gobierno (nacional, departamental y municipal) en favor del renacer de esta comunidad. Durante la jornada, hubo un vocero por cada una de las 35 acciones concertadas y protocolizadas en el plan integral de reparación colectiva. 

María Rubi León, lideresa de la comunidad, aseguró que esta actividad “nos aporta mucho porque podemos exponer nuestras necesidades ante las entidades que están presentes y así podemos empezar a cumplir el plan de reparación colectiva. Nosotros le dijimos a la gente que se iba a hacer para que  expongan sus necesidades y se haga realidad el plan”. 

Hace 15 años, este corregimiento fue víctima de una masacre de manos de los grupos paramilitares en la que nueve de sus pobladores fueron asesinados. Actualmente, la Unidad para las Víctimas avanza con planes para la reconstrucción del tejido social de la comunidad.