Uno de los beneficiarios de estos recursos será la Asociación de Trabajadores y Campesinos del Carare, organización con la que se está implementando un proceso de reparación colectiva.

Un total de 229 proyectos productivos fueron entregados a comunidades sujetos de reparación colectiva en el departamento de Santander.

Los municipios de Málaga, Suratá, Simacota y la Asociación de Trabajadores campesinos del Carare (ATCC) y su área de influencia (Sucre, Bolívar, Cimitarra, La Belleza, Landázuri y El Peñón), recibieron con alegría y optimismo los recursos que les permitirán generar ingresos y fortalecer la economía de cada una de las regiones.

A partir de ahora, 229 familias víctimas del conflicto armado tienen un proyecto real y tangible que la Unidad para las Víctimas cofinanció a través de una estrategia de emprendimiento y generación de ingresos, brindando acompañamiento, capacitación y aporte de recursos económicos para la adquisición de insumos y maquinaria.  

En una fecha tan simbólica como lo es la navidad, los recursos llegaron a los cascos urbanos de los municipios y corregimientos donde familias enteras sintieron la mano reparadora del estado. Maquinaria, ganado bovino y ovino, crías de pollos, peces y apicultura, así como insumos para cultivos de café y pitaya, montaje de misceláneas, papelerías, droguerías, restaurantes y salones de belleza, entre otros, fueron  parte de estas entregas sin precedentes en reparación colectiva en Santander.

Uno de los beneficiarios de estos recursos será la ATCC, organización con la que se está implementando un proceso de reparación colectiva, recursos que contribuirán a la ejecución efectiva de su plan de reparación.

Donaldo Quiroga, presidente de la ATCC, al conocer la asignación de recursos para el fortalecimiento de la “Finca Integral campesina”, manifestó enorme satisfacción porque estas noticias contribuyen a hacer realidad el tan anhelado sueño de ver reparada su organización.

De igual forma, Quiroga señaló que “la finca integral campesina es nuestro plan de desarrollo del campo para la vida y la paz, es un modelo con el que sueña la propuesta de reparación, para que en un futuro podamos contar con la integración, que se adapte con la cultura productiva de la región”.

La Unidad para las Víctimas fue el mayor aportante de este proyecto de “apoyo a la generación de ingresos dirigido a las víctimas del conflicto armado en el departamento de Santander” con $2.075 millones, sumados a recursos de la Gobernación de Santander, el SENA, la Universidad Santo Tomás y los municipios beneficiados para un total de 3.000 millones de pesos.