
Alto Comisionado de la ONU para DDHH, conmovido por la reconciliación en Mampuján
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al-Hussein, de visita en Colombia, se declaró este domingo “muy conmovido” por los esfuerzos de reconciliación en Mampuján, en el municipio de María La Baja (Bolívar), que visitó junto con Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas.




Alexander Villarreal, líder de víctimas en Mampuján, no sólo ha perdonado a sus victimarios sino que además se declara inconforme porque éstos no pueden hacer trabajo social con la comunidad donde causaron tanto sufrimiento.
“La gente cree que hay que amar al amigo y aborrecer al enemigo. Pero yo digo: amemos al enemigo”, aseguró este hombre de voz potente. “La falta de diálogo nos tiene al borde de la locura y los escenarios de paz deben contar con todas las partes que participaron en conflicto”.
La fortaleza de su discurso, que une el perdón con la memoria, dejaron impresionado a Al-Hussein”, representante de las Naciones Unidas que está en Colombia esta semana, a propósito de la firma de la paz con las FARC este lunes.
“Estoy muy impresionado por la comunidad de Mampuján para buscar la reconciliación entre victimas y victimarios”, afirmó Al-Hussein. “Este es un ejemplo de cómo despacio, pacientemente, con coraje y determinación, puedes superar los horrores del pasado”, insistió.
La comunidad de Mampuján fue víctima de desplazamiento forzado, luego de que en marzo del 2000, paramilitares cometieran una masacre en la que murió una decena de personas. Días antes, en el vecino pueblo de El Salado, otros 66 habían sido asesinados.
Luego de aquellos hechos, las víctimas de Mampuján empezaron a volver años después, con la convicción de seguir adelante. Los hombres, como Villarreal se acercaron a los victimarios que ya estaban en Justicia y Paz y les entregaron biblias.
Las mujeres montaron su propio monumento a la memoria a través de tejidos, con los que ilustraban lo que había pasado allí, un esfuerzo reconocido el año pasado por el Premio Nacional de Paz.
“La determinación de las tejedoras es también una gran inspiración. Creo que es un ejemplo no solo para Colombia sino para el resto del mundo, de que pacientemente se pueden superar los horrores del pasado”, insistió Al Hussein.
“Acelerar la reparación”
El proceso de Mampuján es uno de los más avanzados de Reparación Colectiva adelantados por la Unidad para las Víctimas, que han sido ordenados por la Corte Suprema de Justicia, en el marco de la Ley de Justicia y Paz.
En cumplimiento de la sentencia, la Unidad para las Víctimas ha liderado iniciativas como una petición pública de perdón por parte de los jefes paramilitares que perpetuaron la masacre y los desplazamientos, así como gestiones para que los sobrevivientes tengan un sustento, a través de la venta de los tejidos de las mujeres y de mermeladas, entre otros productos.
“Hemos establecido un cronograma de trabajo para acelerar la decisión de reparar colectivamente a esta comunidad, que desde luego hace parte de las medidas que se han ordenado desde la Corte, pero más allá de eso, se trata de la reconstrucción del tejido social”, afirmó Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas.
En un evento que duró toda la mañana, los sobrevivientes contaron a los funcionarios cómo había ocurrido la matanza, pero se centraron en cómo habían logrado perdonar, y recordar lo que pasó sin resentimientos.
“La gente cree que es amar al amigo y aborrecer al enemigo. Yo digo: amar al enemigo”, insistió Villarreal, frente al auditorio al aire libre.
Con tejidos colgados de árboles, paredes y hasta incluso debajo de los platos, la comunidad de Mampuján mostró así y una vez más, la necesidad de parar la guerra.