Abr
21
2020

En Norte de Santander, las víctimas trasforman sus proyectos a raíz de la pandemia

De abogada a diseñadora de tapabocas. Esta es la historia de la coordinadora de la Mesa de participación de las víctimas en este departamento.

Norte de SantanderOcaña

De atender procesos judiciales y requerimientos de víctimas como abogada, especialista en derechos humanos y derecho internacional humanitario, Maritza Pérez Amaya, coordinadora de la Mesa de participación de víctimas en Norte de Santander, se proyecta hoy como diseñadora de tapabocas para contribuir al sostenimiento y gastos de su familia durante el aislamiento preventivo obligatorio.

“Inicié estudiando técnico en control y calidad en confección, luego ingresé a la universidad a hacer cuatro semestres en administración comercial y financiera, y terminé diseño de modas en el SENA. Después, decidí estudiar derecho cuando resulté afectada por la violencia debido a la arremetida paramilitar. Con ayuda de la Unidad para las Víctimas, entidad que ofrece beneficios y acceso a la educación superior en articulación con universidades del departamento, me gradué como abogada de la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña”, señaló la defensora de derechos humanos.

La superación y resiliencia de esta mujer, la llevaron a seguir estudiando, esta vez en Cúcuta, donde se gradúo como especialista de la Universidad Libre. “Mi experiencia de vida y la falta de orientación como víctima para adelantar los procesos legales establecidos en el marco de la Ley 1448, me llevaron a capacitarme en este campo profesional para ayudar y contribuir a quienes como yo, hoy padecen las secuelas de la guerra”, explica.

Desde entonces, ejerce como abogada. Sin embargo, los efectos sociales y económicos generados por la pandemia de COVID-19, paralizaron los ingresos y su vida laboral, poniéndola en una situación similar a la que viven millones de colombianos.

Por este motivo, decidió retomar sus conocimientos en diseño para la confección de tapabocas: “Van a ser diseños personalizados lavables, que combinen con las blusas de las damas, tapabocas de colores con encajes; este elemento se necesitará por mucho tiempo y pasará a ser una prenda de primera necesidad”.

Aunque reconoce que, en la actualidad, es una labor que realizan muchas personas, con su estilo busca llevar innovación. “Para los hombres quiero diseñar tapabocas con figuras masculinas, es un 'reinvento' que estoy planeando”, afirma.

En medio de sus proyectos, aclara que por esta labor, no deja de lado la atención y asistencia por los sobrevivientes del conflicto armado, como coordinadora de la Mesa de participación departamental de víctimas de Norte de Santander y coordinadora de la Mesa municipal de Ocaña.

(Fin/CEG/CMC/LMY)