Feb
04
2016

Familiares de desaparecidos presentan propuestas para la Mesa de La Habana, con apoyo de la Unidad para las Víctimas

Este jueves se reunieron víctimas llegadas de varios departamentos para compartir experiencias y construir recomendaciones en común para la creación de la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas en el Contexto y en Razón del Conflicto Armado.

Bogotá, D.C.Bogotá, D.C.

Cerca de 150 familiares de personas dadas por desaparecidas se reunieron este jueves en Bogotá para formular recomendaciones a los delegados del proceso de paz de La Habana, con el fin de ubicar a las miles de personas en paradero desconocido en el marco del conflicto armado.           

Con el apoyo de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, y rodeados de fotos en blanco y negro y velas, los parientes de personas dadas por desaparecidas participaron en el segundo taller -de los tres contemplados- que pretenden dar voz a los afectados, en las negociaciones de paz.

“Estamos facilitando los temas logísticos para que las víctimas de distintas regiones puedan encontrarse a construir las recomendaciones que se esperan de ellas para cumplir con lo estipulado en el acuerdo del 17 de octubre sobre búsqueda de personas dadas por desaparecidas”, dijo Paula Gaviria Betancur, directora de la Unidad para las Víctimas.

En esa fecha del año pasado, el gobierno y la guerrilla de las FARC-EP llegaron a un consenso para poner en marcha medidas inmediatas de búsqueda de desaparecidos y crear una unidad especial con este fin, una vez se firme el Acuerdo Final.

En ese momento, las partes pidieron “dentro de los cuatro meses siguientes un plan con recomendaciones que permitan el logro del mencionado propósito, para lo cual convocará la participación de organizaciones de víctimas, especializadas y de derechos humanos”.

A raíz del requerimiento, familiares de desaparecidos ya participaron en enero en un primer taller para formular sugerencias, y tienen previsto realizar otro más el 16 de este mes, del que se extraerán las conclusiones para enviar a los negociadores.

“Lo que se recoge es la experiencia de muchos años, de muchas organizaciones y víctimas que han propuesto maneras de agilizar los procesos de identificación y búsqueda de personas desaparecidas”, afirmó Gaviria.

Esperamos que las propuestas “hagan que esta nueva entidad que se va a crear, esta Unidad Especial de Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas sea muy exitosa”, agregó.

Aunque las conclusiones se publicarán formalmente en el último encuentro, algunos líderes esbozaron sugerencias preliminares.

“Queremos que sea algo diferente. Queremos que esta nueva Unidad tenga un altísimo nivel, que sea autónoma y así podamos encontrar a nuestros seres queridos”, aseguró Marcela Granados, subdirectora de la organización Familiares Colombia y quien tiene a siete seres queridos desaparecidos.

Uno de ellos, su padre, Roselino Granados, desapareció el 11 de marzo de 2003 en el municipio de Chámeza (Casanare), donde Marcela nació. Para no olvidarlo, la activista lleva la cara de Granados estampada en su camiseta y otra imagen suya plastificada aparte, con la fatídica fecha, que recuerda cada día.

“Que en la Unidad no sólo participen colombianos. Podrían ser personas de otros países como Argentina, que hayan vivido la misma situación y que hayan obtenido resultados”, esbozó como recomendación.

Además de debatir, las víctimas organizaron un acto solemne y silencioso para recordar a sus familiares que no están. Tomándose de la mano en círculo y con la presencia además del consejero presidencial para los Derechos Humanos, Guillermo Rivera, los asistentes dejaron aflorar su dolor.

“Este ejercicio es uno de esos que nos permite afirmar que esto no es retórica sino realidad, que este acuerdo se está construyendo a partir de los derechos de las víctimas y con la participación de las víctimas”, afirmó Rivera.

En diciembre pasado se produjo la primera entrega masiva de restos de desaparecidos luego del acuerdo al que llegaron las partes en La Habana. En ese momento, los familiares de 29 personas, que habían sido sepultadas en su mayoría como NN en varios cementerios del centro de Colombia, pudieron cerrar su duelo.