
Inclusión social de las víctimas, una meta para los empresarios
Con el acompañamiento de la Unidad para las Víctimas, la Andi presentó la iniciativa Market Place Social con el fin de generar modelos inclusivos y sostenibles a través de cuatro pasos: sensibilización, academia y conocimiento, inclusión social y financiación.

La Asociación de Industriales de Colombia (Andi), a través de la Fundación Andi, organizó la primera versión del Market Place Social, cuyo objetivo es buscar la concientización de empresarios e industriales acerca de la importancia de la inclusión social de la población urbana y, especialmente rural, en diferentes procesos productivos del país.
Organizaciones internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y entidades nacionales como la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (ANSPE), la Unidad para las Víctimas y varias fundaciones y corporaciones se vincularon a esta iniciativa, donde además de compartir experiencias de proyectos industriales exitosos, se propusieron tres modelos para generar equidad en las empresas: empleo inclusivo, encadenamientos inclusivos y compras inclusivas.
Iris Marín Ortiz, subdirectora general de la Unidad para las Víctimas, hizo parte del panel sobre encadenamientos inclusivos, donde expuso la experiencia del proyecto que la institución está desarrollando con la Fundación Clinton y el Grupo Éxito en los Montes de María (Bolívar y Sucre). Esta iniciativa de la Unidad beneficia a 292 víctimas del conflicto armado, quienes han recibido asesoría técnica y que han manifestado la intención de invertir su indemnización administrativa en dicho proyecto.
“[La reparación] es un proyecto de país donde se deben unir el gobierno nacional, la empresa privada y la voluntad de las víctimas, y se necesitan alianzas y compromisos con una visión de mediano y largo plazo. Este proceso es fundamental para la paz, ya que las víctimas no sólo han tenido pérdidas psicológicas sino económicas y debemos poder ofrecerles opciones para reconstruir su vida”, aseguró Iris Marín.
Con miras al posconflicto y buscando una transformación de los modelos productivos nacionales se pretende, a través de este tipo de espacios, la inclusión de poblaciones y territorios tradicionalmente excluidos de las dinámicas económicas. Según se expuso en el encuentro, un aspecto por reforzar es el encadenamiento inclusivo, donde las grandes empresas adapten sus modelos a pequeños proveedores y se hagan accesibles para que su producción sea sostenible.
“En cualquier campo productivo debemos tener la capacidad de incluir personas que no han tenido acceso al mercado laboral o industrial. Una de las poblaciones más numerosas en este caso son las víctimas del conflicto, que además han sido golpeadas por la inequidad en temas educativos y de desarrollo personal”, explicó Isabella Barrios, gerente de la Fundación Andi. “Lo que se pretende es abrir espacios donde no solamente tengan un empleo, sino la posibilidad de capacitarse y adquirir las habilidades que necesitan para pertenecer al sector industrial, ya sea como empleados o como empresarios”, concluyó.