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Centro de Atención a Víctimas de El Charco, ejemplo en el mes de la ‘Afrocolombianidad’
Tras dos años de apertura hoy unas 30.000 personas se benefician de este centro del municipio nariñense, en el que el 90% de sus habitantes se registra como víctima del conflicto armado
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Asistir a reuniones, llenar bitácoras, cumplir requisitos, atender personalmente a las víctimas, gestionar la entrega inmediata de Ayudas Humanitarias y contribuir con los procesos de orientación y atención a las víctimas son tareas que, a diario, asume Víctor Candelo, gerente del Centro Regional de Atención a Víctimas (CRAV) de El Charco, Nariño.
En mayo, mes de la Afrocolombianidad, la Unidad para las Victimas destaca el funcionamiento de este centro ubicado en una selvática y apartada región del norte de Nariño, a 450 km al norte de Pasto, al que sólo se llega por vía aérea o después de viajar varias horas en lancha. La población, la mayoría afrocolombiana, es víctima del conflicto.
Según el Registro Único de Víctimas (RUV) en Nariño hay 145.846 registros de personas negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. Lo que hace de ese departamento el de mayor índice de victimización de ese grupo étnico en Colombia.
Según el censo del 2005 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 94,7 por ciento de los casi 30 mil habitantes de El Charco se reconocen como negros, afrocolombianos, raizales o palenqueros. De ese total, el 90 por ciento aparece registrado como víctimas.
“Aquí en –El Charco– tenemos días bien agitados. Atendemos entre 200 y 300 personas cada día. Nos corresponde gerenciar el Centro y movernos a través de todas las entidades del Estado buscando articulación y mayor presencia, en especial, los programas de salud y los programas sociales que manejan la Alcaldía y demás entidades”, dice Candelo.
El centro fue inaugurado hace 26 meses. Desde entonces, la población de El Charco ha tenido un mejor y más amplio acceso a servicios por parte de la Unidad para las Víctimas; entidad que acercó la institucionalidad a la ciudadanía y, de paso, facilitó el avance en la implementación del Decreto Ley 4635.
Esta norma, trata sobre la reparación integral y restitución de tierras a víctimas pertenecientes a las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.
Candelo recordó que en el año 2007, El Charco fue el municipio colombiano que registró el mayor desplazamiento masivo, con más de 14.000 personas, en su mayoría afro. Por tal razón, considera que esta condición convierte al CRAV a su cargo en “el centro para la atención digna y de calidad” de este grupo étnico en la subregión de Sanquianga, pese a las dificultades existentes en materia de acceso a esa zona del Pacífico colombiano.
Es así como en el mes de la Afrocolombianidad, que se conmemora en el marco del Decenio de los Afrodescendientes (Resolución 68/237), la Unidad exalta el proceso en mención, el cual responde a las necesidades manifestadas por este grupo poblacional ante la violación de sus derechos.
De ‘punto de orientación’ a ‘centro de atención’
Candelo explicó que el centro está conformado por 40 funcionarios, de ellas 22 mujeres. Además, en la sede funciona el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) la Superintendencia de Salud, la Red Unidos, Defensoría del Pueblo, alcaldía de El Charco, Familias en Acción, SISBEN y la Comisaría de Familia.
El gerente sostuvo que este logro es producto de la lucha de las comunidades “en defensa de los derechos violados a lo largo del conflicto, pero más, por la situación de marginalidad histórica y de segregación”.
No obstante, el funcionario reconoció que aún se debe trabajar en temas puntuales: “aún hay brechas por cerrar y ajustar hacia ese contexto del enfoque diferencial, ya que siguen midiendo la pobreza como se mide en las ciudades, en los centros poblados y no en la ruralidad en que vive el 80 por ciento de nuestras víctimas”, enfatizó.