Jun
23
2016

“Que hoy se silencien los fusiles es histórico”: Alan Jara

Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas, calificó de “histórico” el acuerdo sobre el punto tres de la Mesa de Conversaciones de La Habana –“Fin del Conflicto”- e instó a trabajar en la reparación a los afectados por el conflicto para construir la paz.

Bogotá, D.C.Bogotá, D.C.

Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas, celebró el acuerdo al que llegaron este jueves el Gobierno Nacional y la guerrilla FARC-EP en La Habana, sobre “Fin del Conflicto”, que incluye el cese bilateral del fuego y las garantías de seguridad para la construcción de la paz.

“Que hoy se silencien los fusiles y venga la etapa de construcción de paz es histórico”, afirmó Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas, en rueda de prensa junto al alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa.

“Con la firma no se solucionan todos los problemas, pero sí paramos el inmenso daño causado”, agregó Alan Jara, quien pasó siete años secuestrado en poder de la misma guerrilla que este jueves firmó el punto que faltaba en las negociaciones de paz de La Habana,, junto con el gobierno.

Hasta el momento, según el Registro Único de Víctimas, que lleva la Unidad, el conflicto armado colombiano ha dejado unos ocho millones de afectados directa e indirectamente por desplazamiento y reclutamiento forzado, desapariciones, crímenes sexuales, entre otros.

“Tenemos una tarea enorme especialmente en la reparación a las víctimas", reconoció Alan Jara, quien además destacó la labor titánica que realiza la Unidad para resarcir a quienes padecieron la violencia.

Para Mario Puello, secuestrado y liberado en 2008, “esto es el sueño que muchos no alcanzaron a ver. Significa una redención espiritual y material que se le hace a la calidad de vida de todos los colombianos”.

En eso coincide Leonardo Riaño, soldado pensionado. “La paz debe reinar, que sea para todos”, afirmó.

En el punto del fin del conflicto que se firmó este jueves en Cuba, sede de las negociaciones de paz, se acordó la dejación de armas, la concentración de guerrilleros en zonas temporales alejadas de los cascos urbanos, así como la verificación por parte de una misión política de la ONU, entre otras.