Ago
22
2018

La Unidad notificó más de 900 víctimas nuevas en Norte de Santander

El reconocimiento fue por hechos reciente ocurridos en municipios donde persisten grupos armados hostigando y amenazando a la población civil.

Norte de SantanderCúcuta

Funcionarios del proceso de Registro de la Unidad para las Víctimas entregaron 1.215 actos administrativos de respuesta a la declaración que han presentado este año habitantes de varios municipios del Catatumbo, donde persisten enfrentamientos armados.

De ese total, cerca de 900, fueron reconocidos como víctimas y empezarían la ruta de atención determinada por la Ley 1448, el resto, tiene derecho a la apelación de la no inclusión en los próximos días.

Katerin Zamudio, funcionaria de la oficina nacional, explicó que de esas notificaciones 800 correspondieron a declarante en Ocaña y 415 en Cúcuta. La notificación se hizo en jornada especial atender los casos de desplazamiento ocurridos este año, proveniente especialmente del Catatumbo.

“Fueron reconocidos por hechos victimizantes recientes en la zona, y hay que aclarar que estamos en los tiempos señalados por la ley para la atención. También es importante decirle a las personas, que cada vez que sufran un hecho victimizante deben declararlo ante el Ministerio Público”, manifestó la funcionaria.

Explicó que el reconocimiento y su notificación directa a la víctima es un paso en la ruta, donde siguen varios procesos, entre ellos la indemnización, que igualmente, le será notificada en su momento a cada persona.

En las jornadas realizadas participaron funcionarios de la territorial Norte de Santander de la Unidad, quienes aclararon que en Cúcuta fueron confirmados como víctimas 263 y Ocaña cerca de 640.

Una de las personas que acudió por la notificación fue María*, habitante de Tibú, y quien relato el desplazamiento forzado al que la obligaron encapuchados que llegaron a la finca donde trabajaba.

“Eso fue el sábado 21 de abril. Eran como las 5 o 6 p.m. cuando llegaron unos encapuchados y mandaron a todo el mundo a poner las manos sobre la pared, a los patronos los agarraron, los amenazaron, echaron hasta tiros”, dijo.

“Nos dijeron -agregó-, que teníamos media hora para desocupar la finca, todos corrimos. Mi hijo agarró mi nieto y se lo llevó. Yo me desmayé y mi patrona me llevó a un rancho, no quedamos allí y en la madrugada salimos todos en un camión que iba lleno de plátanos. Fue horrible.

A María, y a todos los notificados, los funcionarios de la Unidad le explicaron la ruta de ayuda humanitaria y los trámites a seguir en el marco de la Ley 1448.

(*) Nombre cambiado