Cuando se cumplen tres años de conversaciones entre Gobierno Nacional y FARC-EP en La Habana, Paula Gaviria destacó el papel de las víctimas del conflicto armado en el proceso.

Este jueves se cumplieron tres años desde que iniciara en La Habana (Cuba) el proceso de conversaciones para poner fin al conflicto armado entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP. Desde entonces, las víctimas han permanecido como eje central de los diálogos. Así lo considera Paula Gaviria Betancur, directora de la Unidad para las Víctimas. “Como ha manifestado el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de La Calle, en todo momento nuestro pensamiento y solidaridad están con quienes sufren directamente las secuelas de la guerra. Por eso, es fundamental seguir avanzando hacia la firma de un buen acuerdo que nos permita a todos los colombianos afrontar un futuro de construcción de paz”, indicó Gaviria.

“Hay un aspecto importantísimo y es que con la Ley de Víctimas que aprobó el Presidente Santos en 2011 se reconoció por primera vez la existencia y la voluntad de reparar a las víctimas del conflicto armado”, aseguró la directora de la Unidad. “Meses después, comenzaron en Cuba las conversaciones que hoy cumplen tres años, y vemos que se están dando pasos concretos: se decidió establecer una comisión para esclarecer la verdad, se inició el piloto de desminado en El Orejón, se alcanzó el acuerdo para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas y se han tomado medidas para desescalar el conflicto, es decir, para prevenir que se produzcan nuevas víctimas. Esto tiene un valor innegable”, agregó.

Gaviria se mostró confiada en que la intensidad del conflicto seguirá disminuyendo y que eso permitirá “que el país avance de manera decidida en su desarrollo socio-económico, siempre que se siga teniendo en cuenta a las víctimas”. Para la funcionaria, algunos de los momentos más relevantes en estos tres años se dieron cuando las partes negociadoras anunciaron los 10 principios para la discusión de ese punto, cuando se organizaron los foros de tipo regional y nacional de víctimas y, posteriormente, cuando diferentes delegaciones viajaron a exponer sus propuestas a la Mesa de Conversaciones. “Estoy convencida que haber escuchado y seguir escuchando las voces de las víctimas está contribuyendo a que alcancemos un mejor acuerdo”, opinó.

Son numerosos los ejemplos de fortaleza y resiliencia de las víctimas. Uno de ellos es el de las mujeres tejedoras de Mampuján, un corregimiento de María la Baja, en Bolívar, que este miércoles fueron galardonadas con el Premio Nacional de Paz. A través de puntadas, tapices y telas han expresado por años vivencias y anhelos y le han apostado a la paz. Hace unos meses perdonaron públicamente a los paramilitares que tanto daño causaron en los Montes de María. “Estas historias de vida son ejemplo de cómo las propias víctimas trabajan entre ellas y por ellas; de su capacidad para reunir valor y seguir adelante con sus proyectos de vida; de su decisión personal y colectiva de ofrecer sus testimonios como aporte a la memoria, pero también para que conste que no puede volver a ocurrir lo que a ellas les pasó”, apuntó Gaviria.   

“La sociedad puede tener la certeza de que el compromiso del gobierno es incansable (por algo somos el país del mundo que más víctimas ha reparado) y que nuestra gran apuesta es que no exista una sola víctima más de este conflicto armado que buscamos terminar lo antes posible. Ellas son fundamentales en la construcción de paz en Colombia”, concluyó Gaviria. 

Para ampliar información sobre los avances alcanzados en el actual proceso de conversaciones y conocer la labor del equipo negociador del Gobierno Nacional, le invitamos a consultar:equipopazgobierno.presidencia.gov.co