Oct
23
2020

Reparación colectiva: resguardo embera Gitó Dokabú trabaja en la caracterización del daño

La Unidad para las Víctimas adelanta diversos procesos de reparación colectiva en el Eje Cafetero, con especial énfasis en las comunidades indígenas. Esta vez avanzó con esta comunidad ubicada en jurisdicción de Pueblo Rico, Risaralda.

RisaraldaPueblo Rico

Los funcionarios de la Unidad para las Víctimas de los componentes de reparación colectiva étnica y psicosocial, llegaron hasta la comunidad indígena de Gitó Dokabú, en Pueblo Rico, Risaralda, para avanzar en la ruta de reparación colectiva, desarrollando el proceso de caracterización del daño con la participación del gobierno propio y demás integrantes de este resguardo embera.   

Dicha jornada (la primera que se cumple en la comunidad tras el inicio de la pandemia), tenía como objetivos reconocer los daños ocasionados en el marco del conflicto armado y los mecanismos de resistencia y afrontamiento adoptados por el colectivo, además de reconstruir una secuencia cronológica de hechos y eventos que marcaron la vida en la región y los daños colectivos que siguen vigentes en el resguardo.   

“Las comunidades indígenas son sujetos de especial protección y atención por parte de la Unidad para las Víctimas. Nos complace volver de manera presencial al territorio, teniendo en cuenta todos los protocolos de bioseguridad para cuidar a los habitantes del resguardo; la reparación colectiva es un paso muy importante para poder dignificar los territorios y mejorar la calidad de vida de nuestros indígenas en sus tierras ancestrales”, comentó sobre el particular Laura Moreno, directora territorial de la Unidad en el Eje Cafetero.  

La jornada de trabajo cumplida durante dos días comenzó con un acto de armonización por parte de las autoridades indígenas, para luego desarrollar el ejercicio de línea del tiempo en el cual, con la participación activa de la comunidad, se realizó una descripción cronológica de la historia de la comunidad y su proyecto colectivo de vida, rescatando aspectos tan importantes como la lengua propia embera y la conservación de sus costumbres, creencias y valores.   

Un segundo momento, el de la construcción del mapa de la comunidad, caracteriza los atributos del territorio, las prácticas colectivas en que se desenvuelve el sujeto con su respectiva pertenencia étnica, teniendo en cuenta los recursos disponibles, ubicación, límites, lugares ancestrales y estructura organizativa.  

“El beneficio que hemos visto por parte de la Unidad para las Víctimas, ha sido mejorar las condiciones de vida y fortalecer el tema de la espiritualidad, los jaibanás, parteras, médicos tradicionales y ancestrales, gobierno propio, para que no se pierdan todas nuestras costumbres, es un proceso muy bonito del cual estamos aprendiendo, vamos muy bien con todo y estamos recuperando nuestra cultura, fortaleciendo los sitios sagrados y protegiendo el territorio”, aseguró Albeiro Guatiquí, líder de la comunidad embera katío de Gitó Dokabú.  

La jornada culminó con el ejercicio de viñetas mediante el cual se puede identificar la preexistencia y el daño que ha causado el conflicto armado en el territorio, las formas en las que la comunidad lo afrontó y desde luego todas las afectaciones que esto trajo al resguardo. 

 (Fin/EHB/CMC/LMY)