Comunidades negras de El Bagre se reconstruyen con plan de reparación colectiva
Tres consejos comunitarios de este municipio antioqueño se sobreponen al conflicto armado con proyectos productivos, dotaciones y recuperación de tradiciones gracias al convenio entre la Unidad para las Víctimas y el Banco Mundial.
Con dotaciones para proyectos productivos, indemnización económica y recuperación de tradiciones, las comunidades afrodescendientes de El Bagre (Antioquia) reconstruyen sus formas de vida en sus territorios, a los que retornaron tras resistir al conflicto armado y donde se implementa un plan integral de reparación colectiva.
Los consejos comunitarios de La Esperanza, Chaparrosa y Villagrande, del corregimiento Puerto López, habitados por cerca de 250 personas, tienen ahora mejores condiciones de vida gracias a los equipos e insumos de confecciones (máquinas planas y fileteadoras, mesas de corte, telas, hilos), refrigeradores y elementos escolares que recibieron por parte de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Con estas dotaciones adquiridas mediante el modelo de cooperación internacional con el Banco Mundial, con una inversión de casi 74 millones, se fortalecieron proyectos como el de modistería, que beneficia a los grupos de mujeres.
Una de ellas es Danilse Paternina, quien resaltó “la oportunidad que tenemos de recuperar lo que perdimos por la violencia, y con esta dotación las mujeres emprendedoras planeamos montar una microempresa que ayude a la generación de ingresos para las familias”.
Además de estas dotaciones, estas comunidades también se benefician de la indemnización administrativa colectiva, la cual se invierte en un criadero de truchas que garantice sustento e independencia económica.
Territorio en recuperación
Oiden Julio Vergara, representante del consejo de Villagrande, reconoce que el plan de reparación colectiva avanza y “contribuye a reparar, mitigar y resarcir los daños causados por el conflicto y la reconstrucción del tejido social que se había roto en nuestras comunidades”.
Este líder recordó que entre 1997 y 2005 “este territorio fue muy golpeado por el conflicto con desplazamientos forzados de población, masacres, asesinatos selectivos, confinamientos y violencia sexual”.
Entre tanto, con los equipos de refrigeración y los elementos para reactivar el comité de comunicaciones de los que carecían, los consejos comunitarios, distantes entre tres y seis horas por trocha y a lomo de mula de la zona urbana de El Bagre, mejoraron los espacios físicos, los encuentros comunitarios, el intercambio de saberes y acciones de gobierno propio. También se facilitó la recuperación de tradiciones, como el festival gastronómico afro que volvieron a realizar.
Según Wilson Córdoba, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, "con este plan reparación colectiva se recupera el tejido social, las prácticas comunitarias y saberes ancestrales que alguna vez se interrumpieron por el conflicto armado, además de fortalecer la identidad afrocolombiana mediante medidas con enfoque étnico”.
De los 55 planes de reparación colectiva en todo el país que gracias al convenio entre la Unidad y el Banco Mundial desarrollaron proyectos comunitarios, productivos y culturales a favor de 8.000 víctimas del conflicto, nueve se implementan en los municipios antioqueños de El Bagre, Chigorodó, Apartadó, Cocorná, Turbo y Granada.
(Fin/JCM/LMY)