La Unidad para las Víctimas trabaja junto a las comunidades en la construcción de la hoja de ruta para el resarcimiento de los daños ocasionados a causa de la guerra a estas comunidades del Meta.

La Unidad para las Víctimas realizó jornadas de trabajo con sobrevivientes del conflicto armado que residen en las veredas de Puerto Alvira, La Horqueta, Guacamayas, y del casco urbano de Mapiripán en el Meta, para el avance en la ruta de reparación colectiva.

Con la participación de 22 delegados de estas comunidades, funcionarios de la subdirección de reparación colectiva trabajaron para la identificación del grado de conocimiento de la población en las fases de la ruta y de los roles de los actores que intervienen en estos procesos, así como la experiencia en la aplicación de las herramientas para la identificación de las afectaciones.

Juan Felipe Acosta, director (e) de la Unidad para las Víctimas en Meta y Llanos orientales, afirmó que “el conflicto armado ha afectado de muchas maneras a los colombianos. Muchos han sido obligados a abandonar sus tierras y animales para salvarse; otros tantos han sido heridos, secuestrados o reclutados ilegalmente. En estos casos las víctimas son individuos particulares. Sin embargo, también existe un tipo de daño en el cual la víctima es un conjunto de personas: este es el daño colectivo”.

“Un ejemplo es cuando una escuela es destruida. La comunidad que disfrutaba de ese bien queda afectada colectivamente y tiene derecho a la reparación colectiva. Es así como se constituye un daño colectivo, y en estos ejercicios que adelanta la Unidad en territorio se busca identificar estas afectaciones para ser reparadas dentro de la ruta colectiva”, explicó el director.

Con este ejercicio se espera seguir avanzando en la formulación del Plan Integral de Reparación Colectiva, que será posterior a su aprobación en el marco de un Comité de Justicia Transicional, la hoja de ruta para el resarcimiento de los daños ocasionados a causa de la guerra a estas comunidades del Meta.

(Fin/EVA/CMC/LMY)