Mayo
30
2018

Con microfranquicias, víctimas se convertirán en emprendedores

Con un proyecto que supera el asistencialismo, la Unidad para las Víctimas apoya a personas que sufrieron desplazamiento forzado en Antioquia a emprender sus propios negocios.

Más de 100 víctimas del conflicto armado en Antioquia se postularon al proyecto de microfranquicias que impulsará la creación de 15 nuevos negocios a partir de tres marcas comerciales exitosas que las apoyarán para convertirse en microempresarios.

En 18 meses las nuevas unidades productivas deberán iniciar sus operaciones comerciales con el acompañamiento de tres empresas franquiciantes de propiedad de otras víctimas, quienes compartirán con los nuevos emprendedores su experiencia y producto empresarial.

El proyecto desarrollado para propiciar la inclusión social de la población víctima de desplazamiento forzado se logra por la alianza entre la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas; el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, a través de Innpulsa Colombia; la firma asesora Expansión y Gestión Empresarial y la Cámara de Comercio del Aburrá Sur.

Entre tanto, las empresas franquiciantes son Café Arangos, la Casa del Didáctico y la Tecnología y Cafetos del Cedral.

Las 113 personas que respondieron a la convocatoria iniciaron el proceso de selección consistente en entrevistas, pruebas sicotécnicas y de emprendimiento. Diana Peralta, desplazada hace ocho años del departamento de Sucre por intimidaciones de un grupo paramilitar, es una de las sobrevivientes que quieren superarse.

“Me presenté porque me gustaría convertirme en microempresaria para salir adelante Estas franquicias son una oportunidad, nos capacitan y ayudan con recursos para formar empresa”, relata la mujer que, tras el desplazamiento forzado, rehace su vida en el municipio de La Ceja.

Al final, serán 30 las víctimas (dos por unidad productiva) las seleccionadas para iniciar la capacitación, acompañamiento y montaje de los 15 nuevos negocios, los cuales recibirán una inversión conjunta de 570 millones de pesos para su lanzamiento al mercado. La Unidad para las Víctimas, además de gestionar los recursos, brindará atención sicosocial.

Oportunidades en vez de asistencialismo

Catalina Álvarez, profesional de la Unidad para la Reparación a las Víctimas, destaca que este proyecto es “el resultado de una alianza público-privada para la superación de la vulnerabilidad de la población víctima con la generación de negocios rentables y sostenibles como parte de la reparación, en este caso mediante las microfranquicias”.

Este modelo comercial representa una gran oportunidad para los sobrevivientes del conflicto con capacidad de emprendimiento. Según la funcionaria, “como nuevos emprendedores tienen la ventaja de iniciar una unidad de negocio con el respaldo de una empresa ya comprobada en el mercado, con curva de aprendizaje en la producción y mercadeo y a menor costo”.

Otro factor a favor es el apoyo de los empresarios, quienes a su vez comparten con los nuevos emprendedores su condición de víctimas. “Hemos vivido la violencia, pero queremos convertir las dificultades en oportunidades generando empleo para familias víctimas”, afirma Piedad Cárdenas, gerente de Cafetos El Cedral, una empresa fundada en 2004 por una familia desplazada de Huila por la violencia guerrillera.

Ella también resalta la alianza interinstitucional “para superar el asistencialismo con estos proyectos que brindan oportunidades para generar ingresos. Hay que hacer duelos y superarse, nosotros llevamos más de 10 años aprendiendo y capacitándonos”.

Estos proyectos de inclusión productiva para la población víctima del conflicto y los grupos étnicos han beneficiado a más de 7 mil empresarios en Colombia, gracias a instrumentos como las microfranquicias, la comercialización de la producción agrícola familiar y la marca social de confecciones Vivimos Pacíficamente, con una inversión del Gobierno Nacional de 26.500 millones de pesos en 2017.