“En esta comunidad las mujeres por lo regular tenemos miedo a hablar, lo que hace que no nos tengan en cuenta. Esta jornada fue muy fructífera porque muchas de esas mujeres silenciosas dieron su grito de batalla y eso fue genial”: Vera María Peña, líder de Los Pinos.

Una jornada especial donde se desarrollaron acciones de dignificación de las mujeres de El Arenillo, Los Pinos y la La Ruiza, todas poblaciones rurales del municipio de Pradera, tuvo lugar el día de ayer  en la Caseta San Martín, de El Arenillo.

Cerca de 40 mujeres de estas localidades, que integran uno de los sujetos de reparación colectiva del Valle del Cauca, participaron de un cine foro y de un taller dirigidos a la prevención de la violencia de género contra las mujeres, la promoción de sus derechos y la sensibilización frente a los hechos de violencia de los que ellas fueron objeto en esta región en medio del conflicto.

“Estos eventos son importantes porque son un espacio para la socialización. En esta comunidad las mujeres por lo regular tenemos miedo a hablar y a expresar lo que sentimos, lo que hace que no nos tengan en cuenta. Esta jornada fue muy fructífera porque muchas de esas mujeres silenciosas dieron su grito de batalla y eso fue genial”, dijo Vera María Peña, de Los Pinos.

Esta lideresa también dijo que el papel de la mujer en la recuperación de regiones como esta es fundamental: “tenemos gran cantidad de señoras que, tras haber quedado viudas en el conflicto, ahora sacan adelante a sus hijos y sus cultivos, sus hogares. Ellas aportan en gran medida para la reconstrucción de nuestra sociedad”.

El Arenillo, La Ruiza y Los Pinos constituyen un sujeto de reparación colectiva que padeció durante casi cinco años confinamiento por parte de grupos de autodefensas que tomaron control del territorio, siendo la violencia sexual contra sus mujeres uno de los delitos más crueles y recurrentes.

Fabiola Perdomo Estrada, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en el Valle del Cauca, indicó que “en la reconstrucción de lazos sociales y capacidad organizativa de las comunidades afectadas por el conflicto, la mujer es piedra angular. En especial, muchas de las mujeres que padecieron los delitos contra la integridad y la libertad sexual son hoy ejemplo de de resistencia, han logrado sobrevivir no solo al conflicto sino a la estigmatizacion y ahora son líderesas empoderadas y propositivas”.