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Habitantes de corregimiento El Palmarito recibieron atención personalizada en su territorio
La Unidad para las Víctimas realizó una jornada especial en el corregimiento El Palmarito, de Cúcuta, Norte de Santander, donde todos los habitantes son víctimas de desplazamiento, para explicarles en qué consisten los procesos de reparación individual y colectiva y contarles en qué van sus casos específicos.
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Cerca de 150 habitantes del corregimiento de Palmarito, en Cúcuta, Norte de Santander, despejaron sus dudas sobre los procesos de reparación integral que desarrolla en su beneficio la Unidad para las Víctimas, por hechos relacionados con el conflicto armado que los afectaron hace cuatro años.
A las ocho de la mañana, en el salón comunal del corregimiento, comenzó la actividad que incluyó charlas explicativas sobre cómo acceder a la información sobre cada caso, cómo se repara cada hecho victimizante, la campaña antifraude, entrega de libretas militares gratis para los desplazados, entre otros temas.
Las explicaciones fueron dadas por una profesional de la Subdirección de Participación y dos orientadores de la Unidad para las Víctimas, Territorial Norte de Santander y Arauca.
Hasta las 2:30 de la tarde, fueron distribuidos 150 fichos para la atención personalizada, pero no todos realizaron su consulta para aclarar dudas. “Del total que pidió atención, al final sólo 70 pasaron a indagar por sus procesos. A cada uno se les revisó por internet como iba su caso y se le explicó si necesitaban alguna documentación nueva, así como las rutas de atención, para solicitar tanto ayuda humanitaria como la de reparación” manifestó Ríos Torres, orientador de la Unidad.
En Palmarito, todos son víctimas de desplazamiento forzado, colectivo e individual. Ricardo Castillo, Presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del corregimiento, quien lleva más de 20 años viviendo en la zona, recordó que el caso más grave lo sufrieron en agosto de 2013, cuando varios vecinos fueron asesinados y otros amenazados por un grupo al margen de la ley.
La respuesta de los habitantes ante esos hechos fue salir en masa a Cúcuta, distante 80 minutos por carretera, e instalarse durante un mes en albergues, mientras las autoridades restablecían el orden público en su pueblo. Después de los 30 días regresaron acompañados por el Ejército y la Cruz Roja, entre otros organismos.
“El desplazamiento quedó denunciado pero muchos habitantes, por falta de recursos, nunca han podido viajar a Cúcuta a tramitar su ayuda humanitaria o a indagar sobre el avance de su proceso. Esta jornada era para eso. Con el equipo técnico en terreno se revisó cada caso delante de ellos para que tuvieran certeza de que está en trámite su reparación.”, explicó una profesional de la Unidad.