Ago
01
2017

Con actos de memoria por toma guerrillera, municipio antioqueño dice ‘nunca más’ al conflicto armado

En el municipio Nariño, del departamento de Antioquia, la población rindió homenaje a las víctimas de la incursión violenta realizada por las Farc hace 18 años. Los sobrevivientes quieren recordar para que no se repitan hechos como esos.

AntioquiaNariño

Con actos conmemorativos y de memoria histórica, los habitantes de Nariño (Antioquia) volvieron a hacer catarsis colectiva con un objetivo: Que nunca más se repitan hechos como los sucedidos hace 18 años cuando la guerrilla de las Farc ingresó de manera violenta al pueblo.

Centenares de personas asistieron a la ceremonia eucarística y luego marcharon hasta el parque principal, uno de los referentes del pueblo destruido por un carro-bomba que activaron los guerrilleros en 1999.

De esa manera, la comunidad de Nariño rindió homenaje a las 16 víctimas mortales del ataque, entre civiles y policías, al tiempo que condecoró a tres agentes sobrevivientes.

Uno de los momentos especiales de la conmemoración fue el acto de memoria en el que las manos de los nariñenses se plasmaron sobre el mural del Nunca Más, como denominaron al espacio que resignificaron como un compromiso en contra del conflicto armado y a favor de la paz.

La incursión de los frentes 9 y 47 de esa guerrilla, entre el 30 de julio y el 1 de agosto de 1999, es para la gente la mayor tragedia provocada por el conflicto armado en este municipio del oriente antioqueño.

Durante la toma, las Farc activaron un carro-bomba, lanzaron cilindros y morteros contra la Alcaldía, la Policía y varias viviendas, ocasionando graves daños materiales en cuatro cuadras a la redonda. Tras la violenta incursión cerca de la mitad de la población se desplazó. En Nariño quedaron 9.000 habitantes de los 18.000 que eran.

El periodista Oscar Morales, habitante de Nariño, recordó que “durante los 3 días de toma los nariñenses estuvimos escondidos debajo de las camas, metidos en las bodegas o bajos de las casas buscando no ser alcanzados por las balas, los morteros o las esquirlas de las detonaciones”.

Un mes después, agrega el periodista, “con el retiro de la fuerza pública, la guerrilla se instaló dentro del pueblo a ejercer control y autoridad. Una vez más quedábamos a merced de las Farc, pues esa situación nos obligó a convivir con nuestros verdugos”. 

Morales también fue testigo de la resistencia pacífica de los nariñenses. “Fue tal el desespero de los nariñenses al verse olvidados, con su economía acabada y teniendo que convivir a diario con los asesinatos, “ajusticiamientos”, desplazamientos e intimidaciones que, con la ayuda de la Corporación Conciudadanía, se realizó una Asamblea Municipal Constituyente donde se le pidió a las Farc respeto por la comunidad. Luego de varias reuniones y acercamientos con la guerrilla se lograron algunos acuerdos de convivencia”.

Según Jorge Mario Alzate Maldonado, director de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas en Antioquia, “después de padecer esta violencia y ser uno de los municipios más afectados en Antioquia por el conflicto armado, en los últimos años Nariño ha trabajado en su reconstrucción social y económica, hay condiciones de seguridad como ocurre con la recuperación de todo el Oriente antioqueño”.

En la actualidad también hay un resurgimiento de la agricultura para la población rural y, como nuevo factor de desarrollo económico, aparece el turismo.

Reparación en marcha

La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas implementa en este municipio la política a favor de la población afectada por el conflicto, que incluye la reparación individual (indemnización económica, atención sicosocial) y el plan de reparación colectiva con la comunidad del corregimiento Puerto Venus. Además, está formulado un plan para el retorno de los desplazados.

Justo en esta zona rural, más de 100 familias víctimas se beneficiaron la semana pasada de una jornada de atención interinstitucional en la que participaron la Unidad para la Reparación a las Víctimas, la Alcaldía, Agencia Nacional de Tierras, Secretaria de Gobierno de la Gobernación de Antioquia, Federación de Cafeteros, Registraduría y Prodepaz.

Jorge Mario Alzate destacó que “poder acceder a zonas alejadas y rurales que en el pasado tenían fuerte presencia de grupos armados, como ocurrió con las Farc en Puerto Venus, permite al Estado llegar con sus instituciones para dar solución a las necesidades de estas comunidades, incluida la reparación a las víctimas que ahora se debe fortalecer más en el posconflicto”.

Esta jornada se derivó del proyecto de Justicia Local para la Paz, una de las Estrategias de Respuesta Rápida del Gobierno Nacional para dar estabilidad a los Acuerdos de Paz.