La alegría retornó a los corregimientos del sector donde los campesinos y los indígenas han sufrido de forma cercana los flagelos del conflicto. La Unidad para las Víctimas realizó el acompañamiento a esta medida de satisfacción que sirvió de integración para estas comunidades y dio inicio a la navidad

Las veredas de Segovia, El Parque, Brisas de Ullucos, San Andrés de Pisimbalá y Potrerillo iniciaron sus fiestas navideñas con la celebración de la Virgen de Guadalupe el pasado fin de semana. Estas festividades tradicionales no se celebraban hace tres años debido al asesinato de una menor de edad durante estas actividades en el año 2012.

En la vereda El Parque, donde está la gruta de la virgen de Guadalupe, patrona de sector se realizó una novena y se conmemoró la fecha histórica de su aparición a un indígena en el monte Tepeyac. Cabe anotar que en este territorio habitan comunidades indígenas y campesinos. Ricaurte Ortega, que lleva más de 80 años habitando la vereda El Parque: “Acá ya se volvió a recordar la fiesta tradicional. Se había perdido porque hubo ciertos problemas con la guerra y por ahora quisimos fue hacer la misa y la novena, muy religioso porque la gente quedó muy mal después de todo lo que pasó” recordó.

Esta comunidad sufrió fuertes afectaciones por el conflicto armado durante la década de los noventa y el 2000 e incluso hasta hace un año se registraron inconvenientes. Sin embargo, a partir del 23 de abril de 2014, tras la inclusión de la comunidad campesina como Sujetos de Reparación Colectiva las cosas han mejorado: “Ya se han adoptado unas Medidas de Satisfacción para reparar el buen nombre de la comunidad. Ha sido difícil porque hubo asperezas entre ambas comunidades (indígenas y campesinos) pero hemos logrado sentarlos en una misma mesa para que trabajen en la reconciliación y la reparación. Este es un territorio donde conviven todos juntos así que se deben respetar mutuamente sobretodo en sus diferencias culturales y sociales. Esto ha sido fundamental en este proceso”, explicó Jorge Vásquez, director territorial de Cauca.

Rosalin Casas Medina es una de las personas que conforman el Comité de Impulso y es Tejedora. Su labor principal es la administración del Parque Arqueológico de Tierradentro: “el cambio ha sido muy bueno porque hemos tenido la posibilidad de reunirnos con otras personas que han sentido la violencia muy de cerca acá en la región y hemos aprendido a escucharnos y a reconocernos y a saber que el dolor de los demás también vale. El trabajo con la Unidad nos ha ayudado a sentirnos apoyados a sentir que acá hay alguien del Estado que viene hasta estas comunidades tan difíciles de llegar a darnos una voz de aliento y un apoyo en los momentos difíciles”, enfatizó.

Estas fiestas contaron con actos religiosos y culturales preparados por los pobladores de cuatro de los corregimientos, una cena y un sancocho comunitario donde los pobladores aportaron los ingredientes, visita de habitantes de las veredas circundantes en la víspera de la fiesta principal y un espectáculo de pólvora (un castillo y una mariposa) elaborado por los mismos pobladores.