Marzo 8 2021 - Valle del Guamez - Putumayo
A Alexandra Ibarra no le gusta estar sin nada qué hacer. Se desempeña como secretaría. Es esposa, mamá, hija, y una amiga incondicional. Pertenece al Consejo Comunitario Villa Arboleda, un grupo étnico compuesto, en su mayoría, por personas afrodescendientes.
Tiene 25 años, está en el séptimo mes de embarazo de su primer bebé, le encanta soñar, soñar en grande, soñar que en su comunidad un día todo será paz y que los fantasmas de la guerra, que algún día afectaron a su comunidad, solo fueron una mala pesadilla.
Es bachiller técnico con énfasis en seguridad industrial, danza desde que tiene memoria y hoy hace parte del grupo de danzas de su etnia, además de ser la secretaria, la que se encarga de apoyar logísticamente para que todo funcione en orden.
Aunque no tiene un trabajo permanente que le represente una remuneración económica estable, trabaja constantemente por el futuro y bienestar de su comunidad y esto le ocupa la mayoría de su tiempo. Se levanta a las 5:30 de la mañana, da de comer a los pollos y empieza su rutina de trabajo: ayuda a cocinar para las mingas o se ocupa de los quehaceres del Consejo.
El papel en su comunidad
El Consejo Comunitario Villa Arboleda está ubicado en el municipio del Valle del Guamuez, pero su acceso allí es limitado. Al salir en las mañanas, Alexandra debe caminar durante 45 minutos para estar a las 6 a.m. a orillas del río Guamuez. Tras un recorrido de 20 minutos en canoa y pagar $14 mil pesos, llega a la inspección El Tigre, donde debe pagar otros 8 mil pesos para desplazarse hasta La Hormiga y recibir sus controles prenatales.
Por ser un sujeto de reparación colectiva, el Consejo Comunitario Villa Arboleda, al cual pertenece, ha recibido diferentes ayudas por parte de la Unidad para las Víctimas. Ella ha participado en los cursos que han llevado hasta su vereda las distintas entidades, y de todas esas capacitaciones ha aprendido de todo un poco.
En este momento se está adelantando la construcción de la Casa Afro como parte de las medidas de reparación. Allí, ella permanece expectante de que ladrillo a ladrillo se vaya construyendo adecuadamente el futuro para su comunidad.
Aprovechando la conmemoración del día de la mujer, Alexandra envió un mensaje a todas sus vecinas, familiares, amigas y mujeres víctimas del conflicto. “recordemos siempre que somos unas guerreras, que nunca nos hemos dejado vencer por nada, sigamos luchando por nuestras comunidades y por nuestra familia con empeño. Feliz día a todas y que Dios las bendiga”, apuntó.
(Fin/JES/COG)