Ago
21
2020

Don José, 74 años y toda una vida por delante

Con el dinero recibido por concepto de indemnización por parte de la Unidad para las Víctimas, este hijo de Orito (Putumayo), convirtió su casa de madera en una de bloque y cemento en la que planea instalar su propio negocio.

PutumayoOrito

A punto de cumplir 75 años de vida, José Ignacio Rosales habla con la fluidez de un hombre al que aún le quedan muchos sueños por cumplir y al que no le alcanzará la vida para agradecer porque asegura que al fin podrá cumplir sus propósitos. En el año 2007 tuvo que marcharse del pueblo que lo vio nacer, Orito, en el Putumayo, donde quedó su mamá sola pues era hijo único.  

“Yo, en ese entonces, tenía gallinas, ganado, marranos y una casita de dos pisos, pero empezaron a llegar las amenazas y me desaparecieron a mi papá primero, y antes de que le pasara también algo a mi mamá preferí salir corriendo para Popayán. Allá estuve 6 años”, dice José. 

Cuando José Ignacio decidió regresar a su paraíso amazónico, como es conocido el municipio, de sus propiedades y pertenencias ya no quedaba nada, pero su tesoro más preciado, su mamá, aun lo esperaba con la ilusión de no volver a separarse.  

“Cuando volví aún tenía mucho miedo, me tocaba andar escondido por temor, pero no tenía de dónde echar mano; las cosas ya estaban más calmadas, así que decidí declarar para que me inscribieran en el registro de víctimas”, afirma. 

José Ignacio recibió su indemnización por parte de la Unidad para las Víctimas, la cual invirtió en el arreglo de la casa que le dejó su mamá tras su muerte hace cinco años. “La tenía toda en madera y saqué todo lo que estaba dañado, compré cemento, varillas, techos, cerámica, ahora me tocan las puertas y ventanas”, aseguró con un gran alivio luego de tantos años de dificultades que tuvo que pasar. 

Asegura que aún sueña con volver a tener una marranera y poner un negocio dentro de la casa cuando termine todos los arreglos locativos. 

Así mismo, le envió un mensaje a los que como él reciben el dinero por concepto de indemnización: “Que no lo desaprovechen, que lo inviertan bien porque algunos se van para la cantina, otros se van a comprar lujos y eso sí que es un error”. 

La Unidad orienta a las personas que reciben los recursos de la reparación administrativa para que los inviertan, principalmente, en vivienda, educación y proyectos productivos. 

(Fin/JES/EGG/LMY)