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Flavio Teherán, de víctima de artefactos explosivos a campeón paralímpico
En su adolescencia sufrió la mutilación de una pierna y ahora gana títulos de atletismo y va tras su meta de ser campeón mundial. Es ejemplo de resiliencia y una de las 1.108 víctimas de artefactos explosivos indemnizadas por la Unidad para la las Víctimas.
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Flavio Teherán Padilla es más que un sobreviviente del conflicto. A sus 38 años es múltiple campeón nacional de natación y de lanzamientos de bala y disco, pruebas en la que además tiene records nacionales.
Su vida es un ejemplo de reparación y resiliencia de las víctimas del conflicto. La colección de casi 50 medallas, títulos y marcas las consiguió con su pierna amputada y la otra con movimiento limitado, tras ser víctima de las minas antipersonal usadas por los grupos armados ilegales en el conflicto armado.
Luego de integrar la selección Antioquia, ahora compite con Valle del Cauca. A diario se levanta muy temprano para acudir a la unidad deportiva en Cali, donde entrena entre 4 y 5 horas en el gimnasio por las mañanas. En la tarde se dedica, una y otra vez a los lanzamientos para perfeccionar técnica y potencia.
Allí, sobre la pista el fornido atleta lanza por los aires el pesado disco a más de 45 metros de distancia y la bala a más de 12 metros. Las pesadas piezas vuelan sin que su lanzador le quite la mirada, la misma que tiene puesta en ganarse un lugar en la selección Colombia paralímpica que disputará este año los juegos para-panamericanos en Perú y el mundial en Catar.
Flavio tenía 17 años cuando uno de esos artefactos mutiló su pierna y por un tiempo destrozó sus sueños. Ahora, 20 años después de caer malherido, entrena su cuerpo y mente para vencer la discapacidad y esos “miedos y fantasmas”, como él llama a las secuelas del día más trágico en su vida.
Fue el 30 de diciembre del año 2000. Caminaba por un paraje rural en el Bajo Cauca antioqueño cuando encontró un objeto que recogió para mirarlo y se le cayó al suelo. Un instante después una explosión a sus pies lo dejó aturdido y por un momento su visión se nubló.
“Eso se me comió las piernas, me mutiló una por completo y la otra me la salvaron los médicos, pero me quedó sin movilidad ni sensibilidad, solo me sirve de apoyo”. Para él no ha sido fácil sobrevivir con esa “visión atroz de sentirme mutilado y destrozado”.
Se convirtió así en una de las 11.718 víctimas que han causado las minas antipersonal y munición sin explotar en Colombia desde 1990, según las cifras de la Dirección para la Acción contra Minas Antipersonal del Gobierno.
Reparación impulsa sueños de campeón
Después de meses de rehabilitación física por su discapacidad en Medellín, Flavio buscó una motivación para superarse y encontrarle un nuevo sentido a su vida. La encontró en la natación y el atletismo y se entregó en cuerpo y alma.
Pero antes de consolidarse como un deportista paralímpico de alto rendimiento tenía que vencer esos “fantasmas y temores”. Entonces acudió a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Primero, el sicólogo del equipo sicosocial Juan David González se convirtió en el entrenador de la mente de Flavio para su recuperación emocional. “Es un amigo que me ayudó a superar el temor y recuperar mi confianza que quedó dañada cuando esa explosión me cambió la vida y obligó a cambiar mis proyectos de vida en un instante”.
La rehabilitación alcanzó otro alto punto en septiembre de 2016, cuando recibió la indemnización económica como parte de su reparación integral, que decidió ahorrar para una vivienda. Flavio es una de las 1.108 víctimas de las trampas explosivas indemnizadas en Colombia por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Ahora quiere conquistar más podios en su renovada vida: “Quiero transformar todo este proceso que ha sido doloroso en algo bonito. Ser campeón mundial y olímpico es un sueño real que le dio sentido a mi vida después de perder mi pierna… sería la recompensa a mi sacrificio”.