
Al menos 2.000 lesbianas, gais, transexuales y bisexuales han sido víctimas del conflicto armado interno
Las personas lesbianas, gais, transexuales y bisexuales han sufrido múltiples victimizaciones en el marco del conflicto armado interno. Hoy la Unidad para las Víctimas hace un llamado a la inclusión y al respeto de los derechos de toda la población con orientación sexual o identidad de género no hegemónicas.

Cada 17 de mayo el mundo conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, para llamar la atención sobre estas formas de discriminación hacia las personas lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersex (LGTBI). Precisamente en esta fecha, en el año 1990, la Organización Mundial de la Salud determinó que la homosexualidad no era una enfermedad.
Actualmente, en el Registro Único de Víctimas existen 2.074 personas que se auto-reconocen como lesbianas, gais, transexuales o bisexuales. La Unidad para las Víctimas y diversas organizaciones trabajan para conocer los casos en que no se reporta orientación sexual o identidad de género, para disminuir el subregistro que pudiera existir en este sentido.
La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras es una de las primeras leyes en Colombia que reconoce a las personas de la comunidad LGTBI como sujetos que especial protección y busca crear planes y medidas con enfoque diferencial que propenden hacia su inclusión y reparación integral.
Darla Cristina es una mujer transgénero que ha sufrido ampliamente los vejámenes no sólo del conflicto armado, sino de la discriminación y la homofobia. Fue reclutada siendo menor de edad y recorrió varias ciudades hasta que logró establecerse en Pasto para ser una vocera de las víctimas LGTBI, llegando a formar parte de la Mesa Nacional de Participación Efectiva de las Víctimas.
“Muchas personas que aún viven en el campo siguen ocultando su identidad de género y orientación sexual por temor a represalias. Hay gente gay que se casa con heterosexuales y tienen hijos”, aseguró recientemente esta lideresa. “He conocido personas que han salido del clóset a los 30 años porque antes no podían: las mataban”, afirmó.
Actualmente, la Unidad para las Víctimas avanza en la estrategia ‘Reparando el derecho a ser’, que busca dignificar a las personas lesbianas, gais, transexuales o bisexuales, a través de talleres basados en el conocimiento de sus derechos y reparar el daño recurrente que llega a través del conflicto.
“El conflicto exacerbó muchas de las violencias y discriminaciones hacia la población LGTBI. Por eso, el gobierno atiende y repara a estas víctimas con un enfoque específico que tiene en cuenta sus necesidades y capacidades”, indicó Paula Gaviria Betancur, directora de la Unidad para las Víctimas.
En el informe Aniquilar la diferencia, el Centro Nacional de Memoria Histórica detalla cómo durante años el conflicto armado causó la transgresión de derechos fundamentales basada en la orientación sexual y la identidad de género y cómo, según relata uno de los testimonios, a menudo el conflicto “ha impedido el amor”.
“Desde la Unidad para las Víctimas hacemos un llamado a toda la sociedad a la inclusión y al respeto de los derechos de toda la población con orientación sexual o identidad de género no hegemónicas”, finalizó Gaviria.