Palabras en el Día del periodista – Planetario Distrital
Como saben, ayer fue el Día del Periodista y este año queremos tener un detalle con ustedes en un espacio diferente a los que normalmente nos encontramos, para decirles GRACIAS por su compromiso con las víctimas del conflicto armado; por interesarse en esas historias a menudo tan olvidadas; por contar este esfuerzo por repararlas y tener una Colombia un poco más justa con ellas, que tanto han sufrido.
Muy buenos días a todos y a todas.
Muchísimas gracias por aceptar esta invitación y estar con nosotros hoy.
Como saben, ayer fue el Día del Periodista y este año queremos tener un detalle con ustedes en un espacio diferente a los que normalmente nos encontramos, para decirles GRACIAS por su compromiso con las víctimas del conflicto armado; por interesarse en esas historias a menudo tan olvidadas; por contar este esfuerzo por repararlas y tener una Colombia un poco más justa con ellas, que tanto han sufrido.
Sabemos de las limitaciones que enfrentan a diario en el ejercicio de su labor y, por eso, queremos aprovechar para hacerles un reconocimiento. En ustedes recae buena parte de la responsabilidad de contar los cambios que está experimentando el país que, ojalá, se materialicen en la construcción de una paz estable y duradera.
Y para alcanzar esa paz no podemos ser ciegos, sordos, indiferentes a las historias de 7.880.000 víctimas que ha dejado el conflicto. De esa población, la Unidad para las Víctimas tiene la obligación de atender alrededor de seis millones, principalmente desplazados, muchos de ellos en Bogotá.
Escuchar a esta población tan diversa entre sí nos pone ante el desafío de comprender las muchas realidades que guarda este conflicto colombiano. Y creo firmemente que el periodismo también se ocupa de contar esas caras tan diferentes que ha adoptado la violencia en Colombia. Esto me lleva a reflexionar también sobre la historia común de dolor y sufrimiento a causa de la guerra. Ahí tenemos un punto de encuentro entre la Unidad y el trabajo que ustedes realizan.
Por eso, hoy les quiero decir que en la Unidad para las Víctimas valoramos y admiramos el modo en que, con el ejercicio de la profesión, ustedes contribuyen a mejorar la democracia; contribuyen a que la sociedad esté informada para tomar decisiones que proyecten cambios que las hagan más justas; contribuyen a aumentar nuestra curiosidad por entender más el país en el que vivimos.
A menudo se dice que son los periodistas los que escriben los primeros capítulos de la historia que después leemos en los libros. Con su trabajo, ustedes contribuyen a crear nuestra memoria colectiva.
Sabemos también que entre las víctimas se encuentran decenas de periodistas de medios comunitarios, regionales, nacionales, que han sido amenazados, agredidos, asesinados. Sabemos de radios comunitarios que cerraron porque sufrieron ataques a su humilde infraestructura o porque la presión a los comunicadores fue tan grande que simplemente decidieron abandonar.
Eso no puede ocurrir. No nos podemos permitir una sociedad con periodistas temerosos, porque cuando atacamos a un periodista, perdemos todos. Cuanta más y mejor información tenemos como ciudadanos, mejores decisiones tomamos y más fuerte es la democracia.
Por eso, tres años atrás iniciamos el proceso de reparación colectiva a periodistas, que paso a paso se ha ido afianzando y sumando voces. Sea este el momento de darle mi reconocimiento al comité de impulso.
Con ellos, hemos aprendido a reivindicar el valor de la palabra y del diálogo. Ellos nos están enseñando a que a pesar de las afectaciones sufridas, se puede mirar hacia adelante y proyectar un futuro mejor para todos.
El otro día, la hija de una reconocida periodista asesinada decía que, con la muerte de su mamá, prometió no volver a reír, y sin embargo, la vida es tan maravillosa que ha reído miles de veces y ha llevado una vida feliz. Nos enseñaba que la mejor opción para vivir ligero de equipaje es perdonar y soltar.
Esa capacidad de transformar el dolor en fuerza para salir adelante y esa apuesta personal por la reconciliación la he encontrado a menudo en las personas con las que trabajamos en la Unidad para las Víctimas. Y por eso, a pesar de las dificultades que hemos enfrentado como país, tenemos la capacidad de reinventarnos y mirar hacia un futuro que se antoja cada vez más esperanzador.
Los periodistas nos dejan huellas que debemos rastrear, para poner en valor la cotidianidad de una sociedad que quiere dejar atrás la violencia. Su trabajo se convierte en memoria y a la vez nos ayuda a transformar el presente y debatir sobre el futuro.
Este febrero, como todo el año que se avecina lleno de emociones, queremos que sea una fecha para reivindicar las historias de las víctimas. No nos olvidemos de ellas, en estos tiempos de permanentes cambios y coyunturas políticas. Gracias por dedicarse al que García Márquez calificó como “el mejor oficio del mundo”. Les deseo mucha sabiduría y cuenten conmigo, con la Unidad para las Víctimas, en el propósito de contar una Colombia que camina hacia la paz.