Mensajes de transformación para la conmemoración del Día de las Víctimas en Córdoba
El desarrollo del encuentro ‘El poder transformador’ y la siembra de un árbol de naranjo, fueron las acciones conmemorativas que se desarrollaron en Córdoba.
La Unidad para las Víctimas adelantó en Montería, Córdoba, el encuentro ‘El poder transformador’ para conmemorar el Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas y reconocer la dignidad y la verdad como apuestas de paz de las víctimas del conflicto armado.
Para hacer visible este día, la Unidad para las Víctimas, realizó un espacio de retroalimentación que evidenció cuál ha sido el poder transformador de los sobrevivientes del conflicto armado, su experiencia de vida a partir del perdón, la reconciliación y su aporte a la construcción de la paz total.
Con mensajes de persistencia en la fe, la esperanza, la fuerza, el amor, la resiliencia y la valentía, estas personas plasmaron en un árbol lo que ha sido el retomar de sus proyectos de vida.
Por ejemplo, Gloria García, a ritmo de la música escrita por ella, cantó: “Las tragedias de mi pueblo reviven mi memoria; sembrábamos tantas plantas, cultivábamos lo nuestro, cómo me duele…la malvada violencia de mi tierra me sacó. Yo escribo mi historia para que a otra no le vuelva a pasar, y de esta manera yo, apartaré a la paz canta, canta, canta Gloria, canta, canta y cuenta tu historia que nada ganas con llorar”.
Por su parte, Lucía Milanés, expresó que su poder transformador “ha sido la fe, la persistencia, la motivación de sus hijos y su familia”. Mientras que Gustavo Copete, integrante de la mesa municipal de víctimas en Montería, dijo que su poder transformador “será siempre representar a las familias en los planes y proyectos encaminados a favoreces a las víctimas, ayudar a la reconciliación y a una verdadera paz total”.
Durante la jornada, Marcelo Vega, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Córdoba, señaló: “Ya empezamos a liderar el trabajo el terreno, yendo hasta donde viven las víctimas a entregar indemnizaciones, a hacer seguimiento a las comunidades retornadas y reubicadas, el acompañamiento en la toma de declaraciones desde el sitio donde se vivió el conflicto armado y llevando las jornadas de atención móvil a los diferentes municipios”.
La jornada finalizó con la siembra de un árbol de naranja como símbolo del cultivo de paz, esperanza y transformación. Así las y los sobrevivientes aportaron su granito de arena para ver a Colombia florecer desde el perdón.