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María Angersola, la tejedora de la esperanza para víctimas de abuso sexual en Caquetá
La conmemoración del 25 de mayo “nos recuerda que debemos de tener la frente en alto y que nadie puede estigmatizarnos por lo que sucedió”.
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A sus 60 años, María Angersola Quintero confiesa que pese a haber sido cuatro veces víctima del conflicto armado, nada la detuvo para sacar adelante a sus hijos y para ayudar a mujeres que han padecido la crueldad del abuso sexual en Caquetá.
De origen embera chamí, con tres hijos profesionales y uno desaparecido a causa del secuestro, recuerda que desde muy niña empezó a trabajar en labores cafeteras, para llevar el sustento a su familia en el hermoso municipio de Riosucio, Caldas, enigmático y de tradición como ella misma lo recuerda.
Su herencia ancestral marcó su vida para siempre con bases sólidas que hoy le permiten trabajar y ser activa socialmente sin ahorrar esfuerzos. María trabaja con gran destreza y creatividad, haciendo tejidos artesanales en lana, bordados en hilo y elaborando de la mano de varias de sus discípulas, gran diversidad de bisutería indígena, entre la que se encuentran collares, pulseras y aretes.
Además, es una reconocida modista de la ciudad de Florencia, en la elaboración de ropa quirúrgica para centros médicos, labor en la que trabaja sin desfallecer, varias horas del día, incluso hasta el amenecer.
Ya lleva 54 años en el Caquetá y su existencia ha estado marcada por el “liderazgo con el que nací, por esto pese a las tormentas jamás ‘tiro la toalla’ y considero que mi misión en la vida es restituir derechos hasta que Dios me lo permita”, asegura.
Lidera la organización Tejiendo Memoria, que brinda apoyo integral a las mujeres víctimas de violencia sexual, así mismo la fundación Huellitas de Paz y hace parte del Semillero de Investigación Indiguira de la Universidad de la Amazonia, donde, de la mano de otras instituciones, trabaja en la reconstrucción de la memoria de las víctimas de violencia sexual a través de una metodología que busca sacar el dolor.
“Cuando uno tiene adversidades las atesora y en ese atesoramiento uno logra sacar lo bueno, hay que seguir adelante con la frente en alto y por esto es tan importante el 25 de mayo, porque reivindica nuestros derechos y nos recuerda que nadie puede estigmatizarnos por lo que sucedió a nuestros cuerpos”.
El Tejido y el bordado es la sanación. Puntada tras puntada impulsa a mujeres del sur del país a poner un punto final a la violencia y a encontrar un sendero que les permita la reconciliación con ellas mismas y con la sociedad.
“Tú tejes el dolor con esperanza para encontrarte con una alegría verdadera y esa alegría surge cuando tu corazón empieza a sanar y empiezas a ver y a sentir de una manera diferente, por esto hacemos mandalas de la esperanza, con cuatro elementos: fuego, agua, aire y tierra”.
“Interpretamos cantos ancestrales, es común que en estos actos de sanación muchas veces se lloremos, pero el mandala dobla el corazón con sus interpretaciones medicinales. El mambe, el ambil, el tabaco hacen parte importante de los ritos y de la tradición de los pueblos indígenas y nos han ayudado a alivianar las cargas”, explica.
25 de mayo
Para María, el 25 de mayo “es una fecha que dignifica, es una reparación a la violencia sexual que se generó en el marco del conflicto. Antes era una verguenza hablar de violencia sexual y las mujeres nos sentíamos culpables”.
María fue secuestrada y, años más tarde, los violentos le arrebataron a su hijo, quien aún se encuentra desaparecido. En 1998 fue desterrada de Cartagena del Chairá, sopena de perder la vida. En ese mismo municipio, en el año 2005 fue víctima en un hecho aberrante, abusaron sexualmente de ella en una finca, algo que le marcó la vida y que si no fuera por su fortaleza y capacidad de resiliencia, le hubiera arrebatado los sueños.
"Lo más importante para una mujer que ha sido víctima de abuso sexual, es buscar ayuda profesional para poder contar lo que pasó, porque de lo contrario van estar sumidas en el dolor, luego denunciar ante la fiscalía".
Desde la Mesa de Víctimas de la cual hace parte María, agradece el trabajo de la Unidad para las Víctimas, e indica que el apoyo de la entidad en la garantía de sus derechos ha sido valioso, mediante el acompañamiento que hacen a los diferentes procesos, también exalta la labor de los funcionarios.
(Fin/XNI/LMY)