La Unidad para las Víctimas entregó restaurantes escolares y aulas en Bojayá
En estos 20 años, la entidad ha sido fundamental en todos los procesos para el avance de esta comunidad, con un acompañamiento permanente en materia psicosocial, en la reparación individual y con plan integral de reparación colectiva.
La Unidad para las Víctimas participó de manera activa en la conmemoración de los 20 años de la masacre de Bojayá, durante los dos días de eventos programados por la comunidad víctima de ese municipio.
En un primer acto, la entidad entregó esquemas especiales de acompañamiento comunitario consistentes en tres restaurantes escolares construidos en los corregimientos de Napipí, la Isla de los Palacios y Chanú al igual que nueve aulas escolares además de la reparación de tres aulas de la institución educativa César Conto.
La Unidad también estuvo presente con su director nacional Ramón Rodríguez en la entrega del informe “Los muertos de Bojayá son nuestros muertos” liderado por el Comité 2 de Mayo, el cual recoge todo el proceso de construcción de memoria en torno a la masacre ocurrida hace 20 años.
Jose de la Cruz Valencia, líder social y comunitario perteneciente al Comité 2 de Mayo, expresó que el comité delegó responsabilidades para cada uno de los temas en los cuales ellos querían enfocarse para la recuperación de la memoria y para el proceso de reparación, el cual no ha sido fácil, pero el círculo avanza cada vez más y mejor para cerrarse.
El director Ramón Rodriguez, en su intervención manifestó que las entidades miembros de la mesa, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y Comisión de la Verdad trabajan de la mano por la población de Bojayá.
Destacó que la Unidad para las Víctimas, en especial, ha sido jalonadora de todos los procesos para el avance de esta comunidad con un acompañamiento permanente con el proceso psicosocial en la entrega de los cuerpos, en la reparación individual y con plan integral de reparación colectiva que se desarrolla con los sujetos de la Comunidad Afro de Bellavista, Comunidad Indígena Embera Dobida de Bojayá y Consejo Comunitario de Bojayá.
Por su parte, Máxima Asprilla, líder comunitaria y miembro de las Cantaoras de Pogue, agradeció a las entidades, en especial a la Unidad para las Víctimas por el apoyo al comité por las víctimas de Bojayá por la atención permanente en las respuestas a las solicitudes que han servido para cambiarle la cara y darle esperanza a los pobladores de Bojayá.
Este 2 de mayo las actividades iniciaron con un recorrido con el Cristo Mutilado por las calles de Bellavista nuevo con la participación del director nacional de la Unidad para las Víctimas; luego una eucaristía en la iglesia de Bellavista viejo en memoria de las víctimas del 2 de mayo de 2002, y por último se llevó a cabo un conversatorio entre comunidad y la institucionalidad para analizar las respuestas de las entidades frente a la actual crisis humanitaria que se vive en la zona.
JDP/COG