En Norte de Santander, víctimas con enfoque diferencial abren espacios de inclusión social
Con el lema “Unidos en la Diversidad”, la Unidad para las Víctimas se une al mensaje de respeto y garantía de los derechos de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTI.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, las víctimas del conflicto armado con enfoque diferencial abren espacios de participación, igualdad, no discriminación y reconocimiento de sus derechos.
La directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander, Alicia María Rojas Pérez, reconoció el empoderamiento de sus líderes y el afianzamiento de sus acciones: “Estamos trabajado de manera articulada, garantizando sus derechos y avanzando en el proceso de reparación integral de estas personas que luchan a diario por ser reconocidas. Hoy extendemos una voz de aliento a todos ustedes que han sido víctimas por violencia sexual, desplazamiento, amenazas, secuestros, entre otros, y queremos decirles que estamos unidos en la diversidad y que merecen todo nuestro respeto y espacios de inclusión”.
Historia de lucha
El representante por este enfoque en la Mesa de participación de víctimas del municipio de Los Patios, Norte de Santander, Luis Edwin Patiño, lidera acciones de inclusión social que buscan establecer garantías y respeto al libre desarrollo de la personalidad.
A sus 42 años, alterna su carrera de Tecnólogo en Administración de Sistemas con la defensa de los derechos humanos de la comunidad LGTBI en condición de víctima de la violencia: “Empezamos a hacer los procesos hacia las víctimas, la población era más atacada por los grupos paramilitares y organizaciones de microtráfico, empezamos a fortalecer a las personas y a formar a los líderes en derechos humanos”, dice.
Reconoce que no ha sido una labor fácil en medio de los paradigmas y otros factores que los hacen vulnerables frente a temas políticos, laborales y sociales. “En una alcaldía nos declararon muerte administrativa, qué significaba eso, que nadie que tuviera una propuesta o un proyecto podía contratarnos o decirnos acompáñenos dentro del proceso porque inmediatamente el proyecto caía a pique”, agrega Patiño.
Su llegada a la mesa de participación marcó el inicio de unas acciones visibles, articuladas con la Unidad para las Víctimas, que permitieron abrir espacios de inclusión para este sector: “en la mesa de víctimas ingresé novato, hace dos años quedé elegido como representante de la mesa departamental, y pasamos a la mesa nacional y quedé elegido el comité ejecutivo de esta última”.
La capacitación a líderes de la comunidad fue otro de los objetivos alcanzados: “Logramos hacer acuerdos con la OIM y la Unidad para las Víctimas para hacer encuentros de formación a líderes”, dijo. Sin embargo, avanzaron en el reconocimiento de su enfoque en medio de procesos rutinarios e institucionales y “por más que mirábamos los listados y la asistencia, y lo peleábamos muchísimo, existía eso de eres hombre o mujer, bueno si es un chico trans y si es por orientación donde se ubica en el listado. Esas acciones de visibilización las logramos ganar”, añade.
Aunque reconoce los logros, asegura que las condiciones sanitarias actuales han generado nuevas acciones a emprender por y para esta población: “Nos preocupa mucho la virtualidad, porque no todas las víctimas pueden acceder a este sistema por falta de medios y señal en el caso de la zona rural”. Actualmente, trabaja en los planes de desarrollo territorial para que su enfoque diferencial sea incluido en los planes de gobierno de los nuevos mandatarios y superar aspectos como el mencionado, entre otros.
El acompañamiento y orientación legal como líder lo han convertido en un actor importante en la defensa de los derechos humanos. Luis Edwin, hoy es el puente entre su comunidad y la institucionalidad y reitera que, aunque la discriminación persiste en todos los sentidos y contextos, eso lo obliga a afianzar su labor por los derechos de las personas de los sectores sociales LGBTI.
(Fin/CEG/CMC/LMY)