Unidad devuelve huerta ancestral a pueblo Embera Chamí en Caquetá
En los próximos días iniciará la formación de líderes espirituales y culturales en el resguardo Honduras, para continuar con el legado histórico.
En el tambo comunitario del resguardo Honduras, jurisdicción de Florencia, como medida de restitución, se hizo entrega de una huerta de plantas medicinales (tipo invernadero) al pueblo Embera Chamí.
El acto inaugural incluyó la presentación de 20 integrantes de este colectivo formados en buenas prácticas agrícolas y tuvo la presencia de representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Servicio Naciona1l de Aprendizaje, la Alcaldía de Florencia y la Unidad para las Víctimas.
El gobernador indígena Norvey Dovigama agradeció a la Unidad para las Víctimas, a la OIM y al SENA por reconstruir la huerta y manifestó que este trabajo es de gran trascendencia para la comunidad indígena porque la huerta fortalecerá la medicina tradicional y espiritual del colectivo con el objeto de que las nuevas generaciones no pierdan el conocimiento ancestral.
Agregó que la idea es ahora afianzar la formación de líderes espirituales dentro del resguardo, porque actualmente se encuentran sin jaibaná, y muchos integrantes de la comunidad se están enfermando.
La directora encargada de la Unidad, Territorial Caquetá-Huila, Vanessa Lema Almario, manifestó que “este convenio se desarrolló con base en las prioridades establecidas por la propia comunidad y autoridades tradicionales, logrando fomentar y mejorar la calidad de vida y pertinencia cultural de estos sobrevivientes del conflicto".
"Gracias a esta estrategia de la Unidad para las Víctimas y el Banco Mundial, nosotros mismos multiplicamos conocimiento a niños y jóvenes sobre el uso de los computadores y hemos realizado proyectos que son presentados a organizaciones de orden nacional e internacional, en la constante búsqueda de ayudas", subrayó Robert Aisama, vocero de los Embera en el resguardo Honduras.
La historia
La resistencia de los Embera Chamí a la presencia guerrillera hizo que fueran desplazados de su resguardo en el año 2005, por lo cual pasaron a soportar la discriminación y toda suerte de dificultades hasta que en 2009 lograron que se restituyera su derecho a territorio, con la titulación del resguardo en la Vereda San José de Canelos.
En 2013 las condiciones en el territorio restablecido mejoraron de tal forma que se hizo posible vivir con dignidad. Desde entonces, trabajan con esmero en función de su proyecto de vida, allanando el camino para las generaciones venideras.
En la actualidad cada familia cuenta con casa de madera, todas construidas según sus indicaciones, elevadas del piso por respeto a las serpientes. Al respecto, es importante precisar que 160 personas de esta comunidad llegaron a la capital del Caquetá en condición de desplazamiento; en 2016, el censo reportaba 200 personas y 52 familias.
(FIN/NIL/COG)