
Enseñanzas de cuatro sabedores al cierre de la Semana de los Pueblos Indígenas
De cómo enfrentar el covid y de lo que esperan para avanzar en la implementación del Plan de Reparación Colectiva hablaron estos líderes durante el foro "Espiritualidad, creencias y medicina tradicional como mecanismos de resistencia".

Al cierre de las actividades conmemorativas de la Semana de los Pueblos Indígenas, cuatro sabedores de diferentes partes del país extendieron sus conocimientos en materia de medicina tradicional y cómo enfrentan el virus del covid-19, así como su expectativa frente a los procesos de reparación colectiva que se adelantan.
Con la moderación de Luz Amanda Pasuy, coordinadora de Comunidades Indígenas y Rrom de la Dirección de Asuntos Étnicos (DAE), de la Unidad para las Víctimas, se exaltó el conocimiento y el saber de esta población víctima para contribuir a la convivencia de los pueblos.
Para Jorge Yalanda Calambás, médico tradicional del pueblo misak asentado en Bogotá y con más de 18 años de experiencia en el ejercicio de la medicina, las familias más afectadas por el virus fueron de Cali, Medellín, Popayán y Bogotá, “llegamos a una alerta roja a nivel distrital y por eso nos toca empezar a trabajar frente a la prevención para que el resto de la población no se infecte, para ello, nos basamos en la alimentación pues nuestra alimentación será nuestra medicina”.
Recordó que en un momento tuvieron tres personas en UCI y una de ellas, que llevaba 42 días en estado de gravedad y a quien los médicos habían pedido desconectar, pudo recuperarse “gracias a los espíritus mayores, logramos que se salvara. Nuestros abuelos tenían la razón, que como pueblos originarios estamos preparados para todas las enfermedades porque hemos sobrevivido más de 500 años desde que llegó la conquista. No solo han venido a matarnos con espada y armas, sino con armas biológicas”.
Por su parte, la sabedora Patricia Moten, de la comunidad Cañamomo y Loma Prieta, el trabajo se ha venido enfocando en los niños que se han alejado de las tradiciones por la absorción de otras costumbres citadinas. “Queremos ver cómo desde una forma bonita nos podemos acercar a nuestros mayores, a través del círculo de la palabra y entregar conocimiento y sabiduría”. En ese sentido, el trabajo de la Unidad para las Víctimas ha sido clave, como ella misma lo dice, porque les ha permitido soportar muchas dificultades y aportar desde cada uno a la sabiduría. “Seguimos en ese proceso de seguir avanzando y llegar a la comunidad”, dice.
Según el sabedor Adrián Ismare Calambás, de la comunidad de Pangala, en Chocó, quien sufrió de covid-19, si no fuera por la medicina tradicional, la historia hubiera sido otra. “La nacidera es una mata muy importante para nosotros, nos sirve para la limpieza pulmonar, así como el matarratón con limón, además el sauco y el anuni que nos han dicho nuestros mayores”. Recuerda a todos los mayores que se han ido, aquellos sabios que dejaron una huella con sus conocimientos y que no pudieron recibir la ayuda necesaria en sus territorios por las restricciones de movilidad de aquel momento. “Eso fue un golpe muy duro para nosotros porque ellos eran los que más conocimiento y sabiduría tenían”.
Coinciden en varios puntos para avanzar en la implementación del Plan de Reparación Colectiva (PRC), frenada por la pandemia, y es continuar con las reuniones para permitir la reubicación en las zonas concertadas, que se establezcan programas de autosostenimiento, pero que se tengan muy presente los ritos espirituales, porque después de muchos años no ha podido sanar el espíritu. De igual manera, invitan a renovar el camino hacia la reparación colectiva estableciendo y respetando una autonomía alimentaria.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Foro "Espiritualidad, creencias y medicina tradicional como mecanismos de resistencia" que realizó la Unidad en el día de cierre de la conmemoración de la Semana de los Pueblos Indígenas.
(FIN/PVR/COG)